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"No se soluciona matando a los perros"

Es increíble que el cuerpo colegiado neuquino, en vez de promover los valores éticos y morales, elija degradarse y degradar a su pueblo utilizando métodos propios de trogloditas que, justamente por eso, carecen de ninguna efectividad práctica.

El perro abandonado es el resultado de la pobreza cultural de la sociedad y no se soluciona, obviamente, degradándose, quitando la vida de un ser que no eligió nacer para ser abandonado. El problema es el hombre.

El comportamiento ético, el modelo de defensa de los seres en desigualdad de condiciones, debe ser defendido por los gobernantes si es que quieren tener una sociedad respetuosa de los valores éticos y morales que redundan en el beneficio social.

Asombra, además, el gran desconocimiento de unos gobernantes que debieran investigar para abordar soluciones efectivas para el problema.

La experiencia internacional indica que la única forma de controlar el abandono es reduciendo los nacimientos, porque es un problema cultural el permitir la reproducción de las mascotas.

Eso se logra con campañas de castración que deben ser gratuitas y cuasi compulsivas (porque hay personas incultas que no entienden la emergencia).

Sólo reduciendo los nacimientos se logra erradicar el perro abandonado e, indirectamente, mejorar las condiciones de los que tienen dueños (porque se mejora la calidad de la demanda).

La degradación ética y moral que significa perseguir y matar no cumple sus objetivos porque se atrapan a los emergentes, sólo perros viejos o enfermos, mientras que simultáneamente siguen naciendo.

La cacería del tradicional y universalmente reconocido como "el mejor amigo del hombre" produce en las sociedades una violencia ética tal que sólo puede ser aceptada por un Estado bárbaro.

 

Marcello Marcolini, DNI 16.739.326

Bahía Blanca



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