Hace muchos años aprendí que ser empleada, además de tener buena presencia y ofrecer todo al cliente, es una profesión que exige la buena atención.

Pero a veces, tarde, uno se da cuenta de que todavía existen personas que se burlan de la desesperación y el dolor que tienen las madres por sus hijos enfermos; como si algún día su jefe o director la homenajearán con un monumento.

Consulté a la línea 0800 de la delegación Ipross para tener conocimiento si autorizarían la internación de mi hijo que se encontraba en la clínica San Lucas con diagnóstico SHU (Síndrome Hemolítico Urémico) y tratamiento de diálisis y me contestó una empleada del Ipross: "Querida, está todo en Cipolletti" (mintiendo a costilla de los demás funcionarios), porque previamente me había comunicado allí sin tener una respuesta favorable. Volví a consultar si la obra social cubría gastos de hospedaje y me dijo en tono de ironía: "Nena, me decís que tu hijo está mal y querés dormir...", "te vamos a devolver $ 50 nada más..." (palabras textuales).

Mi pregunta no se refería a un hospedaje placentero, sino para descansar unas horas. Siete días mi esposo y yo dormimos en la vereda de la clínica porque la obra social en la que usted trabaja estuvo ausente cuando más la necesité.

Al Ipross: tendrían que comenzar a capacitar a cierta gente porque si así es su atención por teléfono, ¿cómo será en persona? Ante una enfermedad, el "respeto" ante todo.

Judit Gladys Pino

DNI 22.661.556

Maquinchao