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"La diferencia entre el cielo y la tierra"

Me adhiero a las reflexiones del señor Dougall en su carta a este diario, sobre los ingentes esfuerzos y tiempos perdidos esperando ser atendido por algún funcionario al respecto. Acercando ideas y preocupación por temas comunes a todos, como el agua, etc. Donde pide formar una comisión vecinal para tener identidad y que nos represente con hechos de la realidad.

Cuando existen vecinos con esta vocación de servicio es útil unir criterios comunes en bien de la sociedad. Máxime siendo personas tan ocupadas en lo suyo, que ofrezcan parte de su tiempo. Además, valorando su tenacidad, después de esperar horas y no ser atendido por los responsables en esos cargos.

No es mi ánimo hacer comentarios sobre hechos privados, pero dadas las circunstancias amerita este ítem. En dos oportunidades, la primera en el año 1999 y en enero de este año, envié mi preocupación elevando mis preces por casos puntuales -para mitigar el hambre en la niñez- a su santidad Juan XXIII. Ahora, implorando a Benedicto XVI la creación de la aldea mundial de la educación con jóvenes desamparados de todo el mundo, para que ofrezcan en sus países el amor y la paz de Cristo: ya que el Cincel es para la gran obra. Lo destacable es que en ambos casos recibí respuesta a los 15 días, de fervientes votos de adhesión a mi devoción. La diferencia entre un caso y el otro, exime de comentarios. ¿Será la diferencia entre el cielo y la tierra?

 

Carlos Héctor Donoso

DNI 6.911.061

Neuquén



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