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"Falta de criterio en materia de seguridad"

Creo que, en materia de seguridad, en nuestro país todo se ha tomado con mucha liviandad y con una falta de criterio asombrosa; ningún gobierno ha tomado el problema de la seguridad como política de Estado y nunca se ha hecho un plan nacional para combatir la inseguridad.

Creo que el tema de fondo reside en que se modifiquen las leyes del Código Penal, que dejen de ser tan garantistas y de proteger a los delincuentes; necesitamos leyes mucho más duras que puedan garantizar la protección del ciudadano común.

En nuestra provincia tenemos una ley, la 2.302, que es muy linda desde lo teórico pero que lamentablemente nunca se ha aplicado por falta de decisión política y de recursos, no disponibles para estos problemas tan chicos como el de "prevenir el delito".

En estas condiciones, ¿cómo podemos vivir mejor, si no existe un marco jurídico que nos contenga? Hoy en día un pibe de 17 años te mata y no es imputable; entran a robar a tu casa, te toman de rehén y uno no puede hacer nada.

El diagnóstico es tremendamente desalentador, con una proyección que escapa a nuestro raciocinio y cuyo denominador común es la falta de asistencia y prevención con las familias más pobres, educación, trabajo, viviendas y justicia. Todo esto ha llevado, a través de los años, al constante incremento de la delincuencia juvenil, pero lo más triste es que hemos llegado a un nivel de violencia extremo que no tiene fin y que va en aumento.

Uno de los asesinos de mi hermano tiene un gran prontuario desde chico, por lo cual en cualquier país del Primer Mundo tendría que haber estado preso. Lamentablemente, como esto no sucedió, mi hermano está muerto.

Hay expertos que dicen que ésta es una "ola de violencia" que azota nuestro país. ¡Qué equivocados están! Es nuestro "mar", es lo que vamos a tener que vivir por un largo tiempo, ya que por desgracia no veo "vientos de cambio"; lo único que puede salvarnos de este "maremoto de muerte" es que el gobierno a través de todos sus poderes, Legislativo, Judicial y Ejecutivo, dé muestras claras de un cambio de rumbo.

Nuestros legisladores tendrían que modificar las leyes vigentes para que sean más realistas en relación con los tiempos que vivimos. Nuestro Poder Judicial debería ser más independiente y mucho más riguroso, y los juicios, resolverse a través de un jurado compuesto por personas comunes, así se acabarían ciertos vicios de los jueces. Nuestro Poder Ejecutivo tendría que admitir, como con "la inflación", que el problema existe y que se llama violencia extrema.

Quizá sea un sueño lo que pido, pero ¿tan difícil es tratar de hacer las cosas de otra manera? Si a nuestros dirigentes políticos no les da la cabeza para inventar, ¿por qué no copiamos modelos de otros países del Primer Mundo?

Ante tanta violencia sin límites y en todos los estratos sociales, la primera medida y más urgente a tomar es que la Justicia sea extremadamente dura; tiene que ser implacable e inflexible con los delincuentes.

Patricio Durán, DNI 18.819.813

Neuquén



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