Luego de leer el artículo publicado el día 3 de marzo del presente año en relación a una alumna de 4to año de un colegio de San Martín de los Andes, cuyo nombre es Julieta Caletti, quien dirigió la carta al ministro de Educación Tobares. Ella expresa su profundo malestar por la experiencia vivida en su colegio en el año 2007, cuando en la materia de Historia la profesora le anticipó en el mes de mayo que iba a desaprobar la asignatura y que -a pesar de sus esfuerzos- repitió el año.

Me llegó profundamente el comentario de cómo se sintió frente a este hecho y la indiferencia que experimentó por parte de los directivos y de la misma profesora de Historia.

Yo soy mamá de dos adolescentes que cursan secundario en un colegio estatal de Bariloche. Llegamos hace tres años de Bs. As. para radicarnos definitivamente en esta ciudad. Al llegar me llamó mucho la atención la cantidad de chicos que habían abandonado los estudios secundarios y la cantidad de alumnos repetidores que había acá.

Luego, cuando mis hijos comenzaron a cursar el secundario, pude observar la actitud de algunos directivos y profesores en relación -en muchos casos- al maltrato hacia los alumnos, anticipando -como en el caso de la señorita que escribió el artículo- que a principios del cuatrimestre se llevarían la materia, hecho que finalmente ocurría a pesar del esfuerzo del alumno; o como el caso de un estudiante de 5to año del CEM 2, compañero de uno de mis hijos, que el último mes el profesor de física le puso una amonestación y lo dejó libre.

En ese momento la directora y vicedirectora se mostraron indiferentes al pedido de los padres de que lo readmitieran, no lo lograron, provocando en él serios trastornos emocionales.

Finalmente se gestionó en el Consejo Provincial de Educación la reincorporación, llevando certificados médicos y laborales que justificaban la llegada tarde porque trabajaba para ayudar a su familia. Finalmente el alumno pudo finalizar sus estudios secundarios.

Este caso, como tantos otros de chicos maltratados por el sistema, grupos de alumnos dicen que se aburren en las aulas y tienen problemas de conducta, sin pensar los profesores y directivos cómo bajar los contenidos al aula para que los mismos resulten interesantes para ellos.

Digo, nadie se pone a pensar: ¿por qué en esta provincia hay tantas deserciones y tantos chicos repetidores? ¿Toda la culpa la tienen los chicos y los padres, como nos hacen sentir? ¿En qué momento podremos reflexionar juntos las autoridades educativas de la provincia, los supervisores, directivos, docentes y padres en relación a esto? ¿Qué hace que esto ocurra? ¿Qué tipo de ciudadanos estamos formando?

Por favor, señor ministro de Educación de la provincia de Río Negro, haga algo desde el poder que tiene, pero basta de tiranía en el sistema y tomemos conciencia de que estos chicos deben seguir estudiando y no dejar de hacerlo por "sentirse atacados por sus docentes y directivos del Nivel Secundario".

Por otro lado, les cuento que soy docente del Nivel Inicial y trabajo en un jardín estatal. De las 21 familias a las cuales entrevisté, frente a la pregunta sobre qué estudios tenían, las respuestas de los 21 padres y madres fueron que sólo dos parejas tenían el secundario completo.¡¿Es una cifra escalofriante, no?!

Silvia Lavino, DNI 14.013.264 

Bariloche