Pienso que las autoridades de mi provincia -Neuquén-, legítimamente constituidas por el voto mayoritario de la ciudadanía que en ella habita, deben ejercer su autoridad -autonomía- e independencia, para lograr desterrar el Penal U 9 del centro de la ciudad.

Más allá de las cuestiones que pueden inferirse -sin ser demasiado legos en el tema-, debe advertirse el peligro que significa un amotinamiento y cualquier otra situación que pueda derivarse de su calificación de alta seguridad, y está ubicada en el medio de la ciudad.

Su traslado significaría incorporar a la Municipalidad de Neuquén una buena cantidad de tierra, la que -lógicamente respetando la arcada de entrada, como Monumento Histórico Nacional- podrá, luego de un buen diseño de planeamiento urbano, lotearse, con el consiguiente dividendo de los impuestos correspondientes, dotándola de los servicios básicos esenciales.

Esto significará, por otra parte, un aumento positivo en el presupuesto municipal, la apertura de calles que agilizará el tránsito y el estacionamiento en el área urbana y desde ya un paseo más de alternativa con un pulmón verde en el centro.

Todos tenemos derecho a expresarnos y expresar nuestros puntos de vista y eso hace que ejerzamos la democracia con autenticidad, ayudando a nuestros mandantes en cosas positivas y beneficiosas para todos los neuquinos, destacando que no hay aquí interés partidario o extrapartidario alguno. Me interesa mi ciudad, la que vio nacer a mis hijos y a mí.

Seguramente los concejales y diputados tomarán la posta y harán lo que corresponde con su granito de arena.

Jorge Álvarez Funes, CIPF 4.341.582

Neuquén