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Desafíos y riesgos de buscar petróleo en la cuenca del Ñirihuau

Está a sólo 25 kilómetros de Bariloche y el Nahuel Huapi. Río Negro la licitó y despertó la resistencia de pobladores.

 

Los petroleros están acostumbrados a los desafíos y, aunque la conciencia medioambiental fue ganando terreno dentro de las empresas, debe haber pocas oportunidades para intentar poner en práctica las promesas de cuidado extremo de la naturaleza como en el caso de la cuenca del Ñirihuau.

El área destinada a la exploración petrolera está ubicada a unos 25 kilómetros de Bariloche, en tierras lindantes con el Parque Nacional Nahuel Huapi. Se trata de un estrecho valle cordillerano donde vive un centenar de pequeños productores de ganado, que también encuentra sustento en la oferta de turismo rural.

En ese lugar nace el río que da nombre al paraje -uno de los principales afluentes del lago Nahuel Huapi- y en sus inmediaciones vive la población de huemules -cérvidos autóctonos- más numerosa del área protegida.

A poca distancia del arroyo Las Minas -afluente del río Ñirihuau- existen tres manaderos de petróleo a cielo abierto que fueron señal de la existencia de hidrocarburos cuando Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) hizo exploración en 1935.

El gobierno rionegrino defiende este proyecto.

Hay que aclarar que se trata de una nueva cuenca, pequeña, y no de un área. Argentina tiene 24 cuencas sedimentarias pero sólo cinco en producción.

En el paraje Ñirihuau, sus habitantes reafirmaron el rechazo a toda forma de explotación petrolera que altere su forma de vida y contamine el medio ambiente, al tiempo que intimaron al Codema (Consejo de Ecología y Medio Ambiente rionegrino) a dar respuesta a sus reclamos.

Los pobladores, asentados en el paradisíaco valle donde nace el río Ñirihuau, sumaron su voz a la nutrida oposición que despertó el proyecto de exploración petrolera licitado recientemente por la provincia.

El común denominador ante los reiterados pedidos de garantías ambientales es el silencio de la provincia. La situación no fue distinta en la reunión realizada el miércoles en la escuela de Ñirihuau Arriba, que contó con la "asistencia casi perfecta" de los pobladores, la Comunidad del Limay y los Vecinos Autoconvocados de esta ciudad. El gran ausente fue el presidente del Codema, Oscar Echeverría, convocado especialmente para el encuentro. La ausencia causó malestar entre vecinos y ambientalistas que decidieron intimar al funcionario -vía carta documento- a que se presente el 9 de abril en la escuela del paraje y brinde las precisiones técnicas requeridas por el Concejo Municipal, las ongs y los productores rurales.

Uno de los principales opositores al desarrollo de exploraciones y explotaciones en el lugar, el concejal Alfredo Martín, advirtió que cualquier derrame provocado por la actividad de una futura concesionaria "tardaría muy poco en llegar al lago Nahuel Huapi".

Similar temor expresaron los pobladores del paraje, vecinos y ambientalistas en la reunión realizada el miércoles. "La gente del paraje se opone a cualquier tipo de explotación que altere su modo de vida y cualquier desarrollo petrolero o minero va a romper ese equilibrio" señaló a "Río Negro" Hugo Santamaría.

En cuanto a la postura de la organización, aclaró que no están "en contra del progreso, del bienestar de la gente ni de la industrialización del país; lo que queremos es que se haga de una forma responsable".

"Y cuestionamos que desde la privatización de la explotación petrolífera se van 30.000 millones de dólares por año del país, no se les cobra renta y lo que se paga de regalías es una miseria", sostuvo.

La actividad hidrocarburífera en la cuenca del Ñirihuau también enfrenta un pedido de amparo interpuesto por los concejales Martín y Silvia Paz que está pendiente de resolución. Reclaman un estudio de impacto ambiental que determine la factibilidad de la actividad en forma previa a su desarrollo y dirigen su principal cuestionamiento sobre el Codema.

El gobierno sostiene que ese estudio se hizo y que en los pliegos aparecen las exigencias (ver aparte).

Martín consideró que el Codema "no puede controlar la actividad petrolera porque carece de presupuesto y de personal técnico suficiente".

(AB/AN)

 



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