pesar de que las áreas de meseta y sus valles incluidos no tienen el clima ideal para ellas, por su escasa humedad atmosférica, fuertes calores y vientos entre los meses de noviembre a febrero se las observa en casi todos nuestros jardines y espacios públicos. Personalmente me creía muy informado porque conocía las híbridas de té, trepadoras, polyantas y, por supuesto, las miniaturas ... pero hasta allí llegó mi ciencia y me entró un “mambo” (¡qué antigüedad!) de novela cuando veo que en los catálogos figuran además otras categorías: grandifloras, floribundas, arbustivas, rosales de corte, inglesas, Meidiland y otras. En prevención de que a usted le pase lo mismo cuando se decida a armar su jardín (al menos así espero, para no ser el único), me decidí a meter el hocico en este tema. Los resultados son interesantes y los quiero compartir con ustedes. HISTORIA La representación más antigua de una rosa se halló en el palacio de Knossos, en Creta, datada en el 1600 a.C. Los griegos antiguos la dedicaban a la diosa Afrodita y los romanos a su símil Venus. Homero (alrededor del 750-650 a.C) informa sobre ellas y Herodoto describe, alrededor del 450 a.C una rosa con seis pétalos. Alrededor del 600 a.C la poetisa griega Sappho le cantaba a la rosa como la “reina de las flores”, denominación que le ha quedado hasta nuestros días.. En los tiempos romanos se usaban rosas (Rosa canina (foto 3), gallica (foto 8) y alba (foto 1)) como plantas medicinales y para la preparación de perfumes. En sus fiestas virtualmente se cubrían con sus pétalos. Con la caída del Imperio Romano la rosa tuvo un período de oscuridad (junto con la historia en general) hasta que Carlomagno, en el 794, en su “Capitulare de villis vel curtis imperialibus”, ordenó su cultivo como planta medicinal y de adorno. Ello motivó su reintroducción en los jardines privados y así, en la Edad Media, fue el símbolo del amor de caballeros y juglares. En Europa, en 1250, existían la Rosa alba (foto 1), Rosa rubiginosa (foto 9), Rosa arvensis (foto 2) y variedades de Rosa canina (foto 3). Alrededor de 1570, los cruzados trajeron del Oriente la Rosa damascena (foto 6). De esta clase existen dos grupos: la damascena de verano (de una sola floración) y la de otoño (de floración en primavera y otoño). CRUZAMIENTOS POR AZAR Los primeros cruzamientos fueron empíricos y se hacían plantando dos rosas con distintas características en una misma maceta, para que sus flores se cruzaran naturalmente, pues si bien no se conocían las leyes de la herencia de Mendel, sí se tenía idea de la función sexual de las flores. En 1580 se introdujo del Asia Menor la Rosa lutea (idem = Rosa foetida) (foto 7), cuyos cruzamientos permitieron introducir en las rosas el color amarillo, ya que hasta allí sólo existían las de color rosado y rojo. En Holanda se realizaban cruzamientos con las diferentes rosas silvestres y la damascena, lo que dio origen a las Centifolia (foto 4), que se pueden ver en muchas representaciones de los siglos XVII y XVIII. Alrededor de 1700, de la Centifolia se desarrolló la Rosa centifolia muscosa. En 1752 llegó a Europa la primera rosa china (Rosa chinensis) (foto 5), en 1793 se comenzó con el desarrollo de las de té, alrededor de 1810 las de Portland, en 1820 la primera Rosa de Borbón y más tarde Louis Claude Noisette introdujo en el mercado las llamadas “rosas de Noisette”. Posteriormente se logró cultivar las llamadas “rosas remontantes”, o sea de dos floraciones anuales. Gran influencia sobre el desarrollo de las rosas tuvo la esposa de Napoleón Bonaparte, la emperatriz Josefina de Beauharnais. MENDEL Y SUS LEYES Al comienzo del siglo XX se redescubrieron y aplicaron las leyes de la herencia de Mendel ... también en el rubro rosas hubo nuevos aires y comenzó un activo trabajo de mejoramiento. El cruzamiento de rosas europeas y chinas llevó a la creación de las “Híbridas de Té”, o sea las de floración continuada. Con respecto a este nombre tan extraño (nada tiene que ver la rosa con el té) hay dos teorías. Una dice que la primera rosa china era originaria de un jardín chino llamado “Fan Tee” o “Fa Ti”, por lo que en Inglaterra se la llamó “Tea-Rose” (“rosa de té”). La otra versión, dice que las rosas eran trasportadas por barcos de la Compañía de las Indias Orientales en cajones de té. En 1867 se introdujo en el mercado de Francia la legendaria “La France”, la primera híbrida de té, que jugó un papel importantísimo en el nuevo ordenamiento. Esta creación marcó un antes y un después en la historia de la rosa ... las de aparición anterior se llaman “Rosas Antiguas” y las posteriores “Rosas Modernas”. Al final del siglo XIX se introdujeron en Europa las asiáticas Rosa multiflora y Rosa wichuariana, que tuvieron importancia especialmente en el desarrollo de las trepadoras. Por cruzamiento entre Rosa multiflora y Rosa chinensis se crearon las Polyantha. Alrededor de 1900, por cruzamiento de las Polyantha con híbridas de té, se originaron las Floribunda y el próximo paso, el cruzamiento de 1950 entre una Floribunda con una híbrida de té, dio origen a las Grandiflora. Más recientemente, casi al final del siglo XX, se agregó la última clase de rosas, las de pequeño porte o tapizantes, que reciben su nombre debido a su hábito de crecimiento achaparrado. Contemporáneamente -aunque todavía no aceptadas oficialmente- se deben mencionar las creaciones de David Austin, que combinan el “charme” de las Rosas Antiguas con las ventajas de las Rosas Modernas (floración continuada y gran diversidad de colores). Se las conoce como “Rosas Inglesas” y en esa dirección apuntan los esfuerzos de otros mejoradores que, de acuerdo al vivero de origen se llaman “Rosas Románticas”, “Rosas Nostáligas”, “Rosas Meidiland”, etc. Si me ha sobrevivido, el domingo que viene voy a tratar de ayudarlo en la decisión sobre qué rosa comprar para su jardín ... si bien ni los expertos se ponen de acuerdo, lo que a usted seguramente le interesará es saber qué puede esperar de sus rosas en cuanto a forma de crecimiento y duración/tipo de floración, pues el color y el perfume figuran en los catálogos y le harán mucho más fácil la decisión. En la próxima nota, entonces, nos vamos a ocupar de las Rosas Modernas y su obtención. Si quiere leer algo más sobre este tema, lo remito a una página de internet (hay otras) http://articulos.infojardin.com/rosales/tipos_de_rosales.htm
ROSAS “ANTIGUAS” Y “MODERNAS” Las rosas más conocidas son las silvestres o “botánicas”, que existen sin la intervención del hombre porque se multiplican espontáneamente, como es el caso de la “mosqueta” cordillerana y la que crece en nuestra región del Alto Valle. El hábitat de la mayoría de estas rosas es la zona templada del Hemisferio Norte. Todas las fotos que hoy les presentamos, entonces, son silvestres y que han dado origen a las actuales. “SILVESTRES” Estas rosas se conocen ya desde los tiempos remotos, de las cuales hoy se conocen unas 120 especies. Entre ellas se han verificado cruzamientos en forma natural y algunas especies seleccionadas se usan como pie para injerto. Florecen una vez al año y por supuesto se las puede plantar en el jardín, especialmente como cercos protectores o como fijadores de declives, a los que sujetan con sus raíces. Por regla general son especies que florecen una sola vez al año, con flores simples y requieren pocos cuidados pues son sanas, robustas y muy raramente enferman, además brindan nidales a las aves y sus frutos luminosos les otorgan alimento en invierno. Sus frutos son ricos en vitaminas y se pueden usar en tés, purés y gelatinas. También se usan como remedios y cosméticos. Las especies más conocidas son Rosa agrestis, Rosa alba, Rosa arvensis, Rosa canina, Rosa gallica, Rosa glauca, Rosa jundzillii, Rosa majalis, Rosa pendulina, Rosa pimpinellifolia, Rosa rubiginosa, Rosa scabriuscula, Rosa tomentella, Rosa tomentosa, Rosa villosa, Rosa vosagiaca, entre otras. “ROSAS ANTIGUAS” A ellas corresponden todas aquellas creadas antes de 1867, que es la fecha de introducción de la primera híbrida de té “La France”. Con lo cual queda en claro que incluso pueden ser rosas cultivadas recientemente en las que el año de creación no está claro. Se pueden dividir en dos subgrupos principales: “Antiguas” 1 Gallica, Alba (foto 1), Damascena (foto 6) y Centifolia (foto 4). ”Antiguas” 2 China (Foto 5), Portland, Bourbon, Noisette, Remontante. Todas las Gallica son rojas, rojo-rosado o rosa. 'Versicolor' es a rayas en blanco y rojo. Se considera a la gallica (foto 8) como la “madre de todas las rosas” de jardín de Europa. Rosa alba está considerada las más resistente a frío y tolerante incluso a media sombra. Las damascenas son famosas principalmente por su perfume perturbador. La Centifolia está retratada en muchas obras de arte de los Siglos 17 y 18. Es la típica rosa de nuestros bisabuelos. “MODERNAS” O “CLÁSICAS” Híbridas de té, Polyantha, Floribunda, Arbustivas, Tapizantes (e Inglesas, aún no hologadas). DIVISIONES Desde los comienzos del cultivo de rosas hasta la actualidad, se han creado más de 30.000 variedades. Estas se dividen en diferentes grupos que se distinguen por su forma de crecer y florecer y por su forma de cultivo (especialmente la poda). En los intensivos trabajos de mejoramiento de los decenios últimos, los diferentes creadores han cruzado entre sí los más distintos grupos, por lo que éstos se fusionan o solapan. Esto ha llevado a que incluso los expertos no puedan ya establecer una separación exacta. Por lo tanto, más de una rosa es colocada en uno u otro grupo, según el criterio de quien lo hace y no hay hasta ahora una clasificación oficial internacional, por lo que en muchos países se utilizan determinadas clasificaciones. La más habitual es la que usa el vivero regional y que tiene en cuenta su forma de crecimiento (hábito y aspecto) y su utilización o tipo de uso. Se consignan entonces como “Silvestres” (sin importancia comercial), “Floribundas”, “Arbustivas”, “Grandifloras”, “Meidiland” (del vivero creador Meilland), “Miniaturas”, “Tapizantes” e “Inglesas” y -para los que las cultivan para flor cortada- “Rosales de Corte”.
|