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¿Abonos o servicios gratuitos financiados con publicidad? | ||
BUENOS AIRES.- Uno de los mayores desafíos que enfrenta la industria discográfica es el de la piratería, es decir, la copia ilegal de música en forma comercial o casera. Martín Raposo, investigador del Centro de Investigación de Entretenimiento y Medios (Ciem) de la Universidad de Palermo, sostuvo que la actividad disminuyó sus ingresos mientras aumentaba la práctica ilegal. Sin embargo, las acciones para combatirla y aplicar nuevas tecnologías, como canales adicionales de comercialización, permitieron vislumbrar una recuperación. Por otra parte, cambios recientes, principalmente con la telefonía celular y su posibilidad de bajar música en poco tiempo, sirvieron para imaginar un escenario de crecimiento. Las discográficas enfrentaron la disminución de las ventas en soportes físicos (principalmente los discos compactos, es decir los CD), sin que fueran compensadas por ingresos provenientes de la vía digital, que oscilaron de 400 millones de dólares en el 2004 a más de 2.000 millones en el 2006. Representarían el 25% de las globales en el 2010, según la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, son sus siglas en inglés), posibilidades que tanto para las alternativas por internet como por telefonía celular, dependerían de la contención de la piratería y de los nuevos negocios, como los servicios on-line financiados con publicidad y los ingresos compartidos con ventas de aparatos portátiles. Las discográficas, reticentes a legitimar el consumo de "música gratis", se hicieron eco de la necesidad de explorar e implementar nuevas alternativas. De cualquier manera, se avanzó para captar consumidores dispuestos a pagar por la música a cambio de comodidad y calidad en el producto. En América Latina, la Argentina está a la vanguardia en materia tecnológica. Las posibilidades que se vislumbran por la vía digital serían superiores a las percibidas por internet, por las descargas pagas por celular. Como las ventas mundiales de CD bajaron en el último quinquenio, más de lo que se pronosticó, por la citada piratería en internet, la solución se encontraría en las nuevas tecnologías, la red y los teléfonos móviles. Al estimar la industria que por cada compra legal de música digital hubo 20 descargas ilegales, solicitó a todos los gobiernos y a los proveedores de internet que incrementaran la lucha contra la ilegalidad. Cuando cumple diez años el primer reproductor portátil de música y existe un iPod con disco interno de 80 gigabytes y pantalla a color de 2,5 pulgadas, que permite guardar unas 20.000 canciones, Apple publicitó que vendió 140 millones de iPod y que su sitio de música MP3 en internet despachó 3.000 millones de canciones, por las que percibió u$s 0,99 por unidad. Este año aparecerían varios modelos, paralelamente al esquema de Apple y su portal iTunes, en el que el consumidor paga por cada bajada. En iTunes, que es la mayor tienda en línea de venta de música digital, la mayoría de los títulos sigue siendo vendida con FairPlay, la variante de Apple. Los abonos que permitirían bajar temas de manera ilimitada serían una de las alternativas más favorables. Otra provendría de los servicios gratuitos financiados con publicidad, pero sus perspectivas aún son imprecisas, aunque una empresa norteamericana propuso más de 25 millones de títulos dentro de esas características. Vivendi Universal, EMI, Sony-BMG y Warner, los cuatro grupos que captan en total más de tres cuartas partes del mercado, desmintieron haber firmado acuerdos al respecto. Los dos primeros resolvieron comercializar canciones a través de internet sin protección anticopia y otro tanto comunicó en diciembre último Warner a través del portal Amazon. Finalmente, Sony-BMG lanzará próximamente la primera reproductora de discos Blu-ray, que costaría unos 400 dólares y permitirá la conexión con banda ancha de internet. Radiohead, Madonna y otros intérpretes decidieron comercializar sus trabajos en forma gratuita por sus sitios webs. U2 denunció a los proveedores de acceso a internet como responsables de maniobras de piratería en el Mercado Internacional del Disco y la Edición Musical (MIDEM) y subrayó que llegó el momento de hacer un nuevo planteo acerca de la forma en que la música y la tecnología trabajen juntas. Además, recomendó que la música se proporcione dentro de un servicio de suscripción para un proveedor de internet, de la misma forma que ciertas compañías de telefonía móvil, compartiendo los ingresos. Last.fm, con sede en Gran Bretaña y más de 15 millones de usuarios activos, les permite acceder a tres temas en forma gratuita, mientras un enlace los conecta con un Amazon o iTunes. En Vivendi Universal consideran que los compactos sobrevivirán pese a las descargas por internet. Mientras tanto, no faltaron quienes recordaron que los recientes cambios no son comparables con los de la década de los '80 del siglo pasado, cuando los discos de vinilo fueron sustituidos casi por completo por los CD, presentación que en el futuro se mantendrá en menor proporción conviviendo con muchos canales y formatos. Y, si bien la venta digital a través de internet o del teléfono móvil aumentó y captó el año pasado el 15% del mercado total, con perspectivas de llegar en el actual al 20%, hubo coincidencias en que el resto del negocio está en los CD, que más allá de algunas opiniones, ofrecen una calidad de sonido superior. "El futuro de la música, o la crisis de la industria, o la muerte del disco, o como demonios que se llame todo esto, tiene algo que ver con internet", aseveró el argentino Andrés Calamaro, compositor y cantante, antes de aventurar o bromear sobre que "se necesita un mundo sin internet y que no se vendan más discos...". |
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