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Elogio de la no ficción | ||
por CLAUDIO ANDRADE |
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Muchos pero muchos años después de que Truman Capote alcanzara el cénit de su carrera con la publicación de "A sangre fría", el escritor elaboró una serie de textos de "no ficción" reunidos bajo el nombre de "Música para camaleones". Capote, quien evidenció problemas creativos y adictivos luego de su famoso libro, no hizo más que acentuar aquí ciertas características con las que su escritura venía cargando desde hacía tiempo. El autor de "Se oyen las musas" había encontrado en la no ficción (¿o deberíamos decir en el periodismo?) su mejor forma literaria. Hubo quien lo apuntó con el dedo asegurando que, en rigor, Capote había perdido toda capacidad inventiva por lo que no tenía más remedio que acudir a la calle en búsqueda de historias intensas. Tom Wolfe se atrevió a refutar una acusación de este tipo que resultaba entonces más de lo mismo en el terreno de lo literario. ¿Cuántos otros autores a lo largo de la historia habían parecido quedarse completamente en blanco sólo para resurgir igual que una mariposa de su silencio? Pero éste no era el caso de Capote, quien no estaba negado a la creación sino que buscaba otros caminos para su don. El autor de "El nuevo periodismo" indicó, sencillamente, que Capote se había convertido -queriéndolo o no, pero sobre todo lo segundo- en uno de los exponentes más brillantes del periodismo que nacía a principio de los 60. De paso Wolfe daba por muerta la novelística tal como se conocía hasta ese momento. No fue necesario preguntarse cómo hubiera sido Capote de haberse convertido en periodista, puesto que en "Música para camaleones" demuestra cuántas virtudes poseía para este oficio. Lejos de ficcionalizar la realidad, Capote la refleja con maestría y simpleza mediante descripciones agudas y diálogos reveladores y entretenidos. De eso se trata "Música para camaleones", de nuevo periodismo, escrito por el gran Truman. No faltarán voces puristas que se espanten ante la afirmación. Incluso buena parte del prólogo está dedicado a demostrar lo contrario: Capote se autoproclama novelista y creador de un nuevo género literario: no ficción. Muchos de los textos son verdaderas joyas, ya sea de la literatura o del oficio periodístico. Uno de los más conocidos: "Una adorable criatura", dedicada a Marilyn Monroe. Y uno de los más perturbadores: "Féretros tallados a manos", donde por poco Capote se mete de lleno en un nuevo y espeluznante caso policial. Editorial Sudamericana reeditó, en su colección "De Bolsillo", "Música para camaleones". Antes que nada, a modo de advertencia, el autor afirma: "Cuando Dios nos ofrece un don, al mismo tiempo nos entrega un látigo y éste sólo tiene por finalidad la autoflagelación". Y como todos saben, Capote no dudó en usarlo hasta su muerte.
CLAUDIO ANDRADE |
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