"Cipo", ahora escolta, se trajo un punto clave.

MADRYN (Joaquín Peralta, Enviado especial).- A veces los empates se festejan, y el que consiguió ayer Cipolletti es uno de esos. En un partido emocionante, el "Albinegro" igualó 1-1 con Brown en Madryn y mantuvo los siete puntos de ventaja sobre los chubutenses y Rivadavia de Lincoln, ambos terceros. Claro, un par de horas después Santamarina venció a Arroyo Seco (2-1) y quedó como único líder.

El escolta Cipolletti golpeó de entrada con un golazo de Bruno Weisser, no lo pudo liquidar en los primeros 45 y después aguantó el embate local, que mutó en empate a 15 del final.

En el primer minuto de juego pasó de todo. El "Oreja" Ruiz le tapó el gol a Giménez, sacó largo, Henry Sáez la peinó entre dos defensores y lo dejó solo a "Pikachu", que esperó el pique de la pelota y definió por arriba del arquero, para delirio de los más de 70 hinchas cipoleños.

A partir de ahí los de Perilli manejaron mejor los tiempos del partido y aprovecharon los desacoples defensivos de Brown, aunque les faltó algo de justeza para ampliar la ventaja. Primero lo tuvo el "Goldo" Sáez (de lo mejor de "Cipo") de cabeza a la salida de un tiro esquina, pero la pelota fue a las manos de Luque.

Sobre los 20, el incansable Weisser, una verdadera pesadilla para la defensa local, abrió para Dómini. "Mojarra" soltó el latigazo de zurda pero el balón dio en el palo y salió. En medio de las dos llegadas "albinegras", Ruiz tuvo otra intervención de alto nivel, al taparle una media vuelta a Giménez que pedía red.

En el epílogo se invirtieron los roles. "Cipo" ya no pudo tener la pelota y Madryn lo acorraló con avances por los costados y muchos centros. Larenas salvó en la línea y después Ruiz encontró un cabezazo de Mauricio Del Cero.

Hasta que se quebró la resistencia luego de un desborde por la izquierda, un centro pasado y la llegada de cabeza de Zbrun para estampar el 1-1.

En los 15 finales "Cipo" se reacomodó y pudo ponerse al frente, pero falló. El local también estuvo cerca del triunfo, pero siempre erró. Así, el abrazo "albinegro" demostró que a veces los empates se pueden festejar.