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Cuenca lo tiene de hijo | ||
Venció por tercera vez a "Maravilla" Godoy y retuvo el título. |
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El invicto chaqueño César Cuenca dio otro paso hacia una cita mundialista al imponerse lógica y fácilmente por puntos al centenariense Alberto "Maravilla" Godoy y retener el título argentino superligero. Cuenca logró la tercera victoria, siempre en definición por puntos, frente a "Maravilla" Godoy, quien desperdició su primera oportunidad de pelear por el título. En la pelea fondo de la velada que se realizó en el gimnasio "Pedro Estremador" de Bariloche, los jurados vieron ganar a Cuenca por 98,5-96,5; 98,5-95,5 y 98,5-95,5, pero a lo largo de los diez rounds lo único que se observó fue un monólogo del campeón. El oriundo de Tres Isletas ratificó que es un boxeador absolutamente confiable y regular en el mercado local y con su velocidad, desplazamientos, concentración y confianza en sí mismo le ganó a Godoy por tercera y última vez sin ningún tipo de problemas. Sobre el cuadrilátero ocurrió casi todo lo que se podía esperar. Hubo un amplio dominio del defensor del cetro sobre un retador cuya única posibilidad radicó en noquear a Cuenca, pero la diferencia entre uno y otro fue tan grande que jamás consiguió ponerlo en aprietos. Lo único que no fue previsible en una pelea donde había un título en juego era que se privilegiara la parte estética y publicitaria de la lona sobre la seguridad y la estabilidad que debió haberle ofrecido a los pugilistas. Tanto fue así que en más de una oportunidad resbalaron Cuenca, Godoy y hasta el árbitro Hernán Guajardo. Está claro entonces que "Fred Astaire" Cuenca ya aprobó todas las materias posibles en Argentina. Con 32 victorias, 1 pelea sin decisión y 1 nocaut, los jerarquizados Marcos Maidana y Lucas Matthysse, como también apuntan a una corona mundial, por lo menos en el mediano plazo no van a cruzarse en su camino. Cuenca está suficientemente maduro, por lo que lo ideal sería que le llegara sin demora la gran oportunidad en el ámbito internacional. Se sabe que su déficit es la falta de pegada, pero si quiere ser campeón mundial tendrá que rendir a pleno para sobrellevar esa importante desventaja. |
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