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La geografía de los sentidos

El poema expresa sólo fragmentos de la realidad: ése es el límite del lenguaje cuando se trata de percibir la existencia. Así, el poema "acaba siendo un intento de destacar partes de la realidad en su aspecto más fragmentado".

La poeta catalana Concha García cita a Rosa María Belda, la prologuista de su más reciente libro -"Ya nada es rito y otros poemas"-, cuando señala que en su poesía "no hay episodios sino breves escenas incompletas, fragmentos mínimos de una vida, porque no reproducen escenas identificables sino sensaciones, gestos, una geografía de los sentidos que a veces transmite momentos de placer. Pero abundan más los episodios cotidianos del ser anónimo, que se angustia por el vacío de su propia vida. Quizás lo que más me preocupa es la falta de espíritu que padecemos en estos tiempos".

De la dispersión de lo cotidiano habla García, de esa grisura que a veces campea en todo y de la cual, sin embargo, pueden extraerse imágenes, metáforas, nuevas formas de conocimiento si se les aplica el método de la poesía. El erotismo como medio de revelación de los cuerpos en relación -con el medio, con otros cuerpos, con el tiempo- y como premio a la búsqueda de un más allá que por momentos está al alcance de la mano es un dato de su poesía.

En una entrevista realizada vía electrónica, Concha García se refirió a su oficio de poeta, una labor que requiere de aprendizajes y rupturas, de seguimiento de las tradiciones y de apartamiento de esas normas cuando se convierten en rígidos esquemas.

Por eso, Concha García admite que su poesía fue durante un tiempo "incomprendida por haber hecho caso omiso de las formas imperantes de la convención clásica". Es que, añade, "se tiene una idea del ritmo, como de la forma, muy pautada, muy preestablecida, sobre todo en el poema de tradición española".

-¿Podría describir cómo escribe?, ¿con qué técnica?

-Si rompo el verso con encabalgamientos o remates aparentemente caprichosos es porque el

poema así lo exige. No pretendo embellecer sino dar relieve, contrastar, hacer evidente que, si algo no funciona con la lógica de la realidad en la vida de alguien, el ritmo de ese relato poético también debe darlo a entender. Además siempre me he preguntado qué es lo real. Concibo el poema como una metáfora en su contenido y en su forma.

-Una visión de la realidad. Un dolor en la relación con la pareja. Los pequeños detalles denuncian esas carencias, esas ausencias. ¿Cuál es el abordaje de la realidad?

-Durante mucho tiempo el punto de mira de mis poemas ha sido una mujer, habitante de una gran ciudad, que en su anonimato hacía visible lo absurdo, el dolor y la gratuidad del deseo. Pero que vivía lo sagrado en una traducción ennoblecida del erotismo. Sobre todo, en mis primeros libros. El erotismo era el antídoto contra la angustia: era el consuelo de la existencia, una de las maneras más hermosas de estar viva. Pero nunca desde la mirada narcisista, ni siquiera del otro, sino del propio cuerpo y de la conciencia de su ilimitada fragilidad.

-¿Podría señalar influjos, rastros de otros poetas, escritores, artistas o pensadores en su poesía?

-Siempre me ha impresionado el desconsuelo lúcido y no exento de sentido del humor de (Fernando) Pessoa, en Álvaro de Campos, de (Witold) Gombrowicz o de Felisberto Hernández. La sorprendente elocuencia de los haikus, el ritmo vital de algunos poemas de Adrienne Rich, la sensación de soledad que transmite la poesía de Antonio Machado, la elocuente capacidad de nombrar la muerte de Blanca Varela, el interrogante sobre la femineidad que plantea Ingeborch Bachmann, la extraordinaria capacidad de nombrar el mundo desde los pequeños acontecimientos de Szymborska y la inteligencia de Marguerite Yourcenar. Aquí lo dejo. Leer es una experiencia que abre las puertas de la percepción y te hace más feliz. En España los adolescentes carecen cada vez más de comprensión lectora y eso precisamente es lo que no he visto en este país ni en la Patagonia. Los jóvenes aman la lectura, tienen curiosidad, se leen los unos a los otros con respeto.

-Señale poetas españoles actuales, contemporáneos suyos en cuanto a generación.

-Lamentablemente no conozco todo lo que se escribe actualmente, así que no voy a entrar en la poesía más joven. En España se publica mucho y eso hace que la poesía haya entrado en el mercado, aunque paradójicamente sale perjudicada porque un libro de poemas debe permanecer mucho tiempo en el anaquel y ahora eso no es posible. Pero no puedo dejar de pensar en poetas de mi generación como Chantal Maillard, Juan Carlos Suñén, Ángeles Mora... ¿Sabes? Me siento afín a muchos poetas que no voy a nombrar porque la lista sería mucho más larga y las afinidades están más relacionadas con haber compartido espacios, tiempos y lecturas que con otra cosa.

GERARDO BURTON

gburton@rionegro.com.ar




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