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¿Trabas para entrar a Rusia?

El gobierno evalúa imponer una nueva legislación sanitaria. La misma apunta a monitorear los límites máximos de residuos.

El gobierno de Rusia evalúa, a través de su dirección de agroalimentos, limitar las importaciones de frutas y hortalizas que contengan residuos de agroquímicos por encima de los límites máximos exigidos por ese país.

Los datos se filtraron esta semana de las oficinas centrales del Senasa ubicadas sobre la avenida Paseo Colón de la Capital Federal.

Según infomación oficial, las negociaciones entre los funcionarios rusos y los de la Unión Europea (UE) ya comenzaron. Por ahora, no se visualizan resultados positivos en el corto plazo. "Las conversaciones están muy duras. No avanzan y eso puede ser complejo para la relación comercial entre estos dos importantes mercados. Lo que se acuerde en estas discusiones es, seguramente, lo que terminará repercutiendo para el Valle", aseguró una alta fuente del organismo sanitario argentino al ser consultado por el tema.

El funcionario del Senasa señaló, por otro lado, que el principal problema que se observa es que existen asimetrías entre lo que es Eurepgap -normas sanitarias establecidas para ingresar en la UE- y las exigencias puestas en marcha por el gobierno ruso. De ser estás significativas, se debería hacer un monitoreo especial sobre toda la fruta que sale del Valle con destino al mercado ruso para garantizar las exigencias sanitarias correspondientes. Obviamente esto significaría mayores costos para toda la actividad y la incertidumbre que se abre sobre los volúmenes que se envían a este importante mercado.

Al respecto hay que destacar que Rusia es el principal destino (en volumen) para nuestra manzanas y el segundo en peras (detrás de Brasil). Durante la temporada pasada se canalizaron desde el Valle hacia los puertos rusos algo más de 160.000 toneladas de peras y manzanas por un valor FOB de algo más de 87 millones de dólares.

Todo este escenario, en definitiva, apunta a profundizar los mecanismos de trazabilidad con los que hoy se está trabajando en el Valle de Río Negro y Neuquén. Los mercados se ponen cada vez más exigentes en materia sanitaria y calidad sobre lo que se importa y quienes están fuera de este esquema verán complicado su futuro dentro del comercio internacional de frutas.

"No es para alarmarse. Pero sí hay que estar atentos con este tema. Con granos y aceites no hay problemas, pero con los productos frutícolas pueden existir presiones para el control de límites de residuos", confió la fuente en otra parte de la conversación. Con este conflicto en puerta, las autoridades del Senasa evalúan realizar una reunión en los próximos días con empresarios regionales para definir acciones, en función de lo que se acuerde entre la UE y el organismo sanitario ruso. El resultado de estos acuerdos será clave para poder mantener abierto y sin problemas este significativo mercado.

(Redacción Central)




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