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Un combustible cada vez más escaso

El año pasado la producción de gas cayó un 1,35%. En Loma de la Lata la disminución fue del 5,4%. En promedio, en Neuquén fue estable y en Río Negro subió.

La producción del gas que genera electricidad, que mueve la industria pesada de nuestro país, que es insumo básico de decenas de ramas del comercio, que da calor a los hogares en el invierno y es indispensable en las cocinas, fue más escasa durante el año pasado. La caída fue de sólo el 1,35%, pero con la dependencia que tiene Argentina de este combustible es un dato que debería preocupar.

Los números del gigante del gas de nuestro país hasta principios de este siglo, Loma de la Lata, son preocupantes porque su producción sigue cayendo.

Los datos surgen de la comparación de los números difundidos por la Secretaría de Energía de la Nación.

La disminución de la producción de petróleo fue un poco mayor, del orden del 2,6%, pero su sustitución por crudo importado tiene frenos sólo por los precios, no desde el punto de vista operativo.

En cambio, sin posibilidades de conseguir mayores envíos desde Bolivia y con el proyecto de atravesar el Cono Sur con un ducto con cabecera en Venezuela aparentemente abortado, la posibilidad de traer gas desde otros territorios choca con la realidad de que ninguno de los países del extremo austral de América Latina tiene aún una planta para inyectar en la red gas natural licuado .

Lo más avanzado de la región parece ser la planta de regasificación que planea Chile, con lo que se podría llegar a la paradoja de tener que importar el gas desde el otro lado de la cordillera de los Andes mediante los caños que se construyeron para funcionar al revés, es decir: exportando el combustible desde los yacimientos argentinos.

Si el producto sobre el que está basada la matriz energética argentina cae en su producción y no hay posibilidades cercanas de incrementar las importaciones, estamos, sin dudas, ante una muy mala noticia.

Cualquier desarrollo de "gas tight sand" o, como comenzó a decirle el gobernador Jorge Sapag, "gas de arenas compactas" tardará años en llegar a niveles de producción (ver página 2).

Donde más cayó la producción de gas es en Santa Cruz, donde, afortunadamente para el mercado argentino, no es tan importante. Allí el descenso fue el 8,74%.

En el otro extremo aparece Chubut, que tiene crecimientos sostenidos en la producción de hidrocarburos

aunque en materia de gas es modesta: 3.165 millones de metros cúbicos en el 2007 sobre un total nacional de 51.000 millones. Allí el incremento fue, de todos modos, del 5,02%.

Neuquén es la provincia gasífera por excelencia. Compite por el liderazgo (y algunas veces suele perderlo) en el mercado del petróleo con Chubut, pero en gas es imbatible.

Por eso, no deja de ser una no tan mala noticia el hecho de que en Neuquén, durante el año pasado, la producción de gas no cayera en la misma proporción que a nivel general y casi se mantuviera sin alteraciones, porque la caída fue de apenas un 0,65%.

El 20% del gas que se produce en nuestro país proviene de un solo yacimiento: Loma de la Lata. Cuando YPF descubrió esta área, Argentina comenzó a planificar su futuro en función del gas; tan trascendentes fueron las reservas que el país pasó a tener de un año para otro.

Hija de ese hallazgo es la concentración de la matriz energética en el gas.

Pero Loma de la Lata le dio el año pasado al país un 5,4% menos de producción.

 

EN RÍO NEGRO

No pudo en el 2007 repetir Río Negro los muy buenos resultados del 2006 en materia

de explotación de petróleo, pero el año no fue tan malo, en definitiva, porque cerró con alzas tanto en la producción de crudo como de gas.

En el territorio rionegrino se produce el 6,1% del petróleo del país y apenas el 1,4% del gas.

En los últimos dos años se llevó adelante una política de atracción de inversores de riesgo para áreas marginales que resultó exitosa, al menos en los compromisos de los que ganaron las licitaciones. De modo paralelo, una serie de movimientos empresariales hicieron que se invirtiera en áreas ya desarrolladas.

Todo ello hizo que en el 2006 la producción de hidrocarburos creciera. Funcionarios del gobierno de Miguel Saiz advertían a finales del año pasado que esa situación se había revertido y que el ejercicio cerraría con una disminución en la extracción. Pero no fue así porque el año pasado la producción de petróleo se mantuvo estable (creció apenas un 0,19%) y la de gas creció un 5,83% en la provincia. (AN)



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