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LOS MATERIALES INTUMESCENTES Y LOS IGNÍFUGOS
Sirven para protecciÓn contra el fuego.
PRODUCTOS que mÁs se usan. pinturas especiales.
Distintas 
aplicaciones como barreras DE  incendios. QuÉ son las “barreras pasivas”.

dentro de las medidas más aconsejadas por los especialistas en temas relacionados con la prevención de incendios en edificios, se encuentran las “barreras pasivas” que previenen la expansión del fuego, cenizas, humo y gases tóxicos a través de los orificios que pudieran localizarse en paredes, techos y pisos de una edificación de características tradicionales.
Para determinar una barrera pasiva se debe conocer previamente qué es lo que se desea proteger para obrar en consecuencia.
Por ejemplo, saber en cada caso si se trata de personas, equipos, u otros bienes dentro del riesgo primario.
También señalan los técnicos en la materia la importancia inicial de evaluar el tipo de material a sellar, el tamaño de la probable filtración, y el sector de la construcción que requiera de una mayor prevención.
Para estos fines existen productos como revestimientos ignífugos, intumescentes, y aislantes, que debido a las diferentes situaciones de cada caso en particular deben ser evaluados al momento de su selección y colocación en la edificación.
Además de retardar la transmisión de calor, algunos productos que están en el mercado permiten sellar el paso del agua y del oxígeno.
En realidad desde el punto de vista de la protección contra  incendios los especialistas clasifican dos tipos de situaciones: reacción o resistencia al fuego.
En el primer caso la seguridad de los edificios exige la utilización de materiales no inflamables y de poder calorífico mínimo. Las lanas minerales (lana de vidrio o roca) cumplen estas características, oponiéndose a la propagación y los efectos de los incendios, y limitando la cantidad y opacidad de los humos que son un peligro para la vida humana.
Por el otro lado, la resistencia al fuego, depende de las soluciones constructivas.
Por ejemplo, los divisorios de placa de yeso laminado aportan valores de resistencia al fuego elevados, independientemente de la lana mineral que se encuentra en su interior.
En las situaciones donde existe un riesgo de fuertes subidas de temperatura (chimeneas, puertas cortafuegos o protección de estructuras) aconsejan elegir productos específicos en lana de roca de alta densidad.

REACCIÓN AL FUEGO

Los revestimientos ignífugos son aquellos tratamientos que se aplican a las diferentes partes de una construcción para mejorar su reacción al fuego.
Su función consiste en no propagarlo ya que la reacción ante el fuego de un material debe ser M-1 según las normas, lo que implica que sea un material combustible pero no inflamable.
Pueden ser aislantes o intumescentes.
La  intumescencia es una propiedad de ciertas sustancias consistente en la capacidad de aumentar su volumen y expandirse a elevadas temperaturas. Cuando el calor ocasiona el ascenso de temperatura a unos márgenes específicos las sustancias se convierten en una masa espumosa que retarda o anula el avance de la combustión.
Entre estos productos se destacan la aplicación de pinturas y barnices sobre estructuras y elementos metálicos o de madera, pudiendo emplearse también masilla, morteros, o pastas, en otras aplicaciones específicas recomendadas.         
Por su parte, las pinturas intumescentes son aquellas que ante la presencia del calor generado por el fuego reaccionan formando una capa de espuma aislante que protege al soporte de las altas temperaturas, retardando la propagación del calor.
Se aplican tanto en interiores como en exteriores para la protección de superficies metálicas y de madera, paredes, techos, etc, en diversos entornos como el industrial, marino, o rural,  por ejemplo.

SELLADO DE PASOS

Los huecos creados en los pasos de un sector a otro de incendios deben ser sellados con el objetivo de detener o retardar el avance del fuego e impedir el paso de humo, polvo, gases y otras partículas.  
Con este objetivo se suelen aplicar productos como morteros para sellar los huecos en las paredes por donde pasan canalizaciones de cables o tuberías y otros conductos, impidiendo el paso del fuego, el humo y los gases.
También se usan paneles de lana de roca, que tienen idéntica aplicación que el anterior, en diferentes tamaños y adaptables a cualquier superficie. Pueden ir revestidos de material intumescente.
Además se pueden colocar sacos o almohadillas intumescentes de fácil instalación, que cuentan con la ventaja de trasladarse fácilmente a nuevas ubicaciones.
Manguitos, collarines y anillos intumescentes figuran entre los elementos que tienen la función de impedir la propagación del fuego al ablandarse las tuberías por efecto del calor. Se ajustan al diámetro del conducto.
Por otra parte,  las rejillas intumescentes que se colocan adaptadas a los conductos de aire acondicionado son idóneas para zonas necesitadas de ventilación. Las lamas se expanden ante las elevadas temperaturas frenando el avance del incendio.
Luego figuran productos como resinas termoplásticas y recubrimientos especiales diseñados para proteger cables y bandejas, además de masillas y tiras intumescentes, que  se emplean para rellenar juntas, grietas y otras pequeñas aberturas en las paredes.

 



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