CIPOLLETTI (AC).- Manuel Mendoza dice que no irá por la reelección en la Federación de Productores. Tiene sus propios candidatos. Asegura que cualquiera de los tres que propone como sus sucesores podría seguir la misma línea de conducción, pero en cada uno de ellos ve contras. A una, por ser "profesional y mujer", a otro por ser "ingeniero y de Neuquén" y al tercero porque es "afiliado al PJ".

Mendoza habló de las elecciones, de la necesidad de reformar el estatuto para implementar un esquema de sanciones y también de los opositores a su gestión.

-Se avecinan las elecciones en la Federación. ¿Va a impulsar el voto directo?

-Nos queda como cuestión pendiente la reforma del estatuto. Estamos teniendo un estatuto que no es operativo por distintas razones, porque no están bien claras las cuestiones de derechos y obligaciones de los asociados, que en este caso serían las cámaras. No hay un tribunal de disciplina y nosotros, dentro de la institución, somos bastante faltos en disciplina. No hay esquema de sanciones y otra cuestión es cómo se vota al presidente.

-¿Y usted qué opina?

-La forma como hoy se vota al presidente no es que sea anárquica, que no sea democrática. Por ejemplo, la Federación Agraria Argentina está en un esquema similar al nuestro aunque con distinto nombre. Pero todo esto lo tienen que resolver las cámaras. Esperemos, apenas termine la cosecha, empezar a trabajar sobre esta cuestión para llamar a elecciones lo antes posible.

-¿Impulsará la reforma del estatuto antes de terminar la gestión?

-Sí.

-¿Quién es su candidato para la presidencia?

-Yo no tengo candidato. Por ahí se ha hablado internamente de quién podría llevar esta línea. Entre la gente a que le tengo confianza, por su capacidad de trabajo, por su persona y su honestidad, diría Mirta Eberhardt, pero tiene un problema: es profesional y es mujer.

-¿Qué fue lo más cuestionado de su gestión?

-No tengo, salvo alguna cámara, cuestionamientos internos. Yo lo único que busco en esto es ser ejecutivo. Eso significa que llamo a reunión de comisión directiva y hago lo que me pide la mayoría, nunca me salgo de esa línea. Entonces no me pueden cuestionar internamente.

-Se lo ha cuestionado por no convocar a asamblea.

-Sí, pero esas son las cosas raras que tenemos que mejorar. El día que yo convoqué a una reunión de comisión directiva precisamente para organizar el tema de la asamblea, las cámaras, que estaban pidiendo asamblea, no sé si por ahí las habrían raptado o qué pero no fueron a la reunión. Hay que reformar el estatuto para poder aplicar sanciones sobre actitudes que perjudican al conjunto. No puede ser. Como institución, como gremio, esto hace muy mal porque debilita las gestiones que se están haciendo. Yo sé que ahora hay gente que está tratando de ver la posibilidad de llegar a presidente de la Federación.

-¿Quiénes?

-Hay muchos.

-¿Nombres?

-Susana (Álvarez) está hoy con intenciones de llegar a la presidencia. El otro que nos critica tanto, que es de acá de Cipolletti, Carrascós... Siempre, históricamente, ha estado con intenciones de llegar a la presidencia. También fue en un momento vicepresidente primero de la Federación y no asumió nunca. Estuvo dos meses hasta que presentó la renuncia y no se presentó ni siquiera en una reunión de comisión directiva. Hay gente que se suma a criticar y a debilitar y no al trabajo.

-Se lo cuestionó mucho por su vinculación con el gobierno, sobre todo el provincial.

-Sí, pero eso surgió ahora a lo último, porque inicialmente decían que yo era el candidato de (Miguel) Pichetto, que yo era puesto por el gobierno nacional. Ahora se dice del gobierno provincial. Me resulta llamativo que principalmente en este conflicto (las paritarias con UATRE) algún dirigente provincial saliera a avalar la gestión de la Federación, pero otros fueran muy críticos hacia nosotros. Bueno, capaz que de tanto insistir en nuestra forma de trabajo, se habrán convencido de que estamos haciendo las cosas bien o que siempre buscamos una cuestión de solución y no de conflicto, y menos de destruir a la sociedad, al sector ni hacer política. Nunca me han escuchado criticar a tal o cual político; por ahí me han dado ganas, pero me tengo que callar y tengo que defender los intereses de la institución. No puedo cerrarme la puerta o cerrarle la puerta a la institución como en otro momento sucedió.