Roca recién pudo derrotar a Cruz sobre la hora.

Cuando Federico Liguori marcó el 2-1 y venció la resistencia de Víctor Luna a sólo tres minutos para el final, simultáneamente se aflojaron demasiadas tensiones en el "Luis Maiolino". Lo rescatable y obvio de la actuación "naranja" es la victoria, claro está. Pero la primera función del 2008 del equipo de Alberto Saldico tuvo desajustes propios de un (casi) debut.

A Roca le costó meterse en el partido. Intentó ser ordenado para salir jugando, pero de tres cuartos hacia arriba confundía velocidad con vértigo sin sentido, y su ataque se volvía inofensivo. Cruz aprovechó la circunstancia para defender sin sobresaltos y de paso intentaba buscar alguna chance a través de la movilidad de Leandro Del Río.

Un remate desde afuera de Ariel Santos (de gran segundo tiempo) y un cabezazo de Gustavo Ramírez, era el magro recuento de posibilidades que había entregado el partido hasta la media hora, momento en que los barilochenses se quedaban con uno menos cuando José Fleita lo bajó a Diego Napolitano.

Casi de inmediato, Pablo Bocco tuvo la más clara al intentar superar de emboquillada a Luna, pero el remate se fue por arriba del travesaño.

A pesar de la inferioridad numérica, Cruz fue el que se adelantó en el marcador. A los 38 a Bocco le anularon un gol por offside y a la jugada siguiente, Humberto González, favorecido por una desinteligencia en el área, quedó solo ante César Velázquez y anotó el primero.

A Roca le costó asimilar el golpe. Tanto que casi González marca el segundo, pero el balón se le escurrió ante la presencia de Velázquez. Ésta no sería la última chance del volante paraguayo en el partido.

A la vuelta de los vestuarios, errores defensivos provocados por el ansia de empatar, hacían sufrir al fondo "naranja". La búsqueda desordenada del arco barilochense desbalanceaba al "Depo". Una tapada fenomenal de Velázquez sobre su compatriota González a los 11', marcó un quiebre. Roca se armó de paciencia, principalmente desde los pies de Santos y comenzó a acechar el arco de Luna.

A los 22', un tiro libre ejecutado por Napolitano, fue cabeceado primero por Bocco y luego por Gustavo Guevara, quien ingresando por el segundo palo, marcó el empate.

Saldico apostó a la frescura que tenía en el banco y mandó a la cancha a los juveniles Liguori y Matías Lisanti (se iría lesionado). Cuando el reloj asfixiaba la intenciones roquense, Lisanti robó un balón en la mitad de la cancha, que agarró a contrapierna a todo el fondo "cruzado". La pelota le quedó a Liguori, quien enfrentó a Luna y no dudó.

Roca festejó una victoria que siempre buscó, aunque a veces no eligió acertadamente los caminos para hacerlo. Esa es su deuda interna para el futuro.