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Debió ser anulado | ||
El reglamento es muy claro: los jugadores no pueden apoyarse en los palos para sacar ventaja y convertir un gol. Entonces, el de Martín Palermo debió ser anulado por el árbitro Héctor Baldassi. La jugada del segundo tanto de Boca marcó el superclásico, aunque el reclamo de los jugadores de River no fue por la acción del "9" sino por considerar que la pelota no había ingresado. La polémica estaba en otro lado, en un detalle casi imperceptible. Riquelme intentó sorprender a Carrizo con un tiro libre, que el arquero apenas pudo rechazar con el puño hacia arriba. La pelota tomó altura, Palermo saltó, se colgó del travesaño para suspenderse en el aire y cabeceó. Esa maniobra liquidó el derby y aunque el "Xeneize" fue superior, la historia pudo ser diferente. Para los amantes de las estadísticas, fue el festejo número 11 del "Loco" ante el equipo "millonario". |
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