BUENOS AIRES (DyN).- Los cheques de pago diferido avalados, los fideicomisos financieros, las cauciones y las letras y notas que emite el Banco Central se ubicaron entre los más atractivos a la hora de elegir un instrumento financiero donde proteger el capital de la actual volatilidad de los mercados bursátiles mundiales, según un informe privado. De acuerdo con un análisis de Puente Hermanos, entre las alternativas muy conservadoras sin riesgo de capital y en pesos, los cheques avalados, garantizados por una sociedad de garantía recíproca (SGR), ofrecen una tasa promedio de rentabilidad de entre el 12 y el 18%, dependiendo el plazo de vencimiento. En tanto, los fideicomisos financieros con alta calificación de riesgo (AAA) y un vencimiento promedio de 4 a 7 meses tienen una rentabilidad de entre el 12 y el 16%. Por su parte, las cauciones, garantizadas por el Merval, ofrecen una tasa de entre el 8 y el 10% y pueden realizarse a un plazo mínimo de 7 días. Las Lebac y Nobac, garantizadas por el Central, tienen un rendimiento promedio del 11 y 12%. También se pueden elegir alternativas conservadoras en dólares, como los bonos nacionales de corto plazo, con una rentabilidad promedio de 10%, y los corporativos de empresas nacionales de primera línea (con exportaciones), también de corto plazo. En el mercado internacional aparecen las notas de capital garantizado en dólares, con rentabilidad vinculada con la evolución de un activo como divisas, oro o petróleo. También existen fondos especiales de cobertura (Hedge Fund Neutral Market) que buscan minimizar el riesgo a través de estrategias especiales, tienen una relación riesgo-rentabilidad muy atractiva y en épocas de volatilidad mejoran su performance. Además, están los bonos triple AAA en monedas no tradicionales, como coronas suecas, con perspectivas de apreciación respecto del dólar. Asimismo, las acciones preferidas son aquellas de compañías de primera línea, con rendimiento de entre el 7 y el 8% en dólares, algo recomendado para inversiones de mayor plazo y un perfil más agresivo. Lo mismo ocurre con papeles energéticos en los países emergentes.
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