|
||
ENTRE LA ESTEPA Y EL MAR | ||
En el acceso sur de las grutas, como un faro visible desde todo el golfo, se levanta esta vivienda ideada por un matrimonio y el arquitecto Leandro Caniggia. Amplia, exuberante, cómoda y muy funcional. |
||
Cuando compramos el lote era como una utopía, casi una locura", recuerda Fabio Guastalli, mientras recorre la casa en la que vive desde hace un año y un mes, tras casi una década de proyecto y obra. Fue el primero en elegir el terreno e iniciar la construcción en ese barrio privado. Sin dudarlo ocupó el más alto del country ubicado junto al acceso sur a la villa, que rodea a la única cancha de golf de Las Grutas. Allí, montada sobre una loma, como un faro visible desde los puntos más distantes de la costa noroeste del golfo San Matías, creció una vivienda amplia pero acogedora, exuberante pero funcional. El refugio de Fabio, Alejandra, las tres hijas del primer matrimonio de ella y la pequeña de ambos se ha convertido en el portal de acceso al balneario desde el sur. Quien ingresa al lugar por el desvío que comunica la ruta nacional 3 con la Tercera Bajada verá, no bien supere un alto desnivel, primero la enorme extensión del golfo San Matías, detrás de los techos de Las Grutas. Y tras restregarse los ojos ante el maravilloso paisaje no podrá más que clavar la vista en el edificio que parece acercarse desde el oeste, con sus dos alas bien diferenciadas y su revestimiento de granito que lo caracteriza. "Es una casa pensada para usarla. Todos los espacios tienen una razón de ser", asegura su dueño. "Yo, medio fanático de internet, busqué información sobre lo que me interesaba durante bastante tiempo. Y además visitamos Mar de Las Pampas y Cariló para tomar ideas", comenta el empresario grutense con orgullo. La intervención profesional del arquitecto Leandro Caniggia y del constructor Raúl Amigo pulió los detalles. El resultado fue una edificación majestuosa. La fachada de la casa da hacia la sector opuesto al mar, es decir que es visible por quienes ingresan al balneario desde la ruta. Una pequeña calle de acceso con adoquines de granito rodea un amplio cantero con flores de la zona. La puerta de madera ubicada en medio de las dos grandes alas da al espacio público de la vivienda, donde se destaca lo más formal. "Esta tal vez sea la parte que menos se usa, aunque está pensada para reuniones y alguna cena especial", dice Fabio. Se refiere al living comedor central que se conecta con su estudio y desde donde sale la escalera que lleva al piso superior. Allí, los ambientes están divididos claramente. Hacia el oeste, los dos dormitorios de las cuatro niñas con su baño en medio y un sector íntimo con computadoras, minigimnasio y sus pertenencias. Y hacia el este, conectada a través de un largo pasillo con vista a la planta baja se encuentra la suite matrimonial, enorme y cómoda, con el baño con jacuzzi y todos los lujos. En el piso inferior, en el ala este, además del estudio se creó una habitación de huéspedes con un baño. Y en ala oeste se ubica la parte en la que la familia comparte más horas al día. Es la cocina, con el comedor diario, un sillón grande para mirar la tele, otro baño y un gran fogón, todo comunicado en un sólo ambiente. Ese sector de la casa puede aislarse del resto si así lo desean, mientras en otra parte las chicas comparten un pijama party, o mientras los adultos llevan adelante alguna reunión. Además, desde allí se accede al desnivel que conduce al sector de servicio, donde hay una pequeña habitación más con un baño y lavadero, para una empleada a cargo de los quehaceres. Una escalera más sale desde allí hacia el play room, donde la niña más pequeña hace de las suyas frente al paisaje inmenso del golfo San Matías. También una puerta amplia comunica con la pileta y con las grandes galerías del sector trasero desde las cuales se puede observar cada punto de la bahía San Antonio. "Este fin de año a la medianoche -dijo Fabio- hice lo mismo que el año pasado. Sentarme con toda la familia, apagar las luces y mirar alrededor. Desde acá se ven los fuegos de Las Grutas, del Puerto y de San Antonio Oeste. Es increíble. Estuvo bueno", afirma. Las galerías exteriores y la pileta son el sitio mágico de cada verano. Desde allí, se ve todo el entorno natural. A lo lejos se divisa el médano blanco de las Piedras Coloradas contrastando con el azul del golfo y el verde de la cancha de golf. Hacia el este, a medida que cae la noche, se empiezan a ver las luces doradas de Alpat, las blancas del puerto y las multicolores de San Antonio. Y hacia el sur, a corta distancia la cada día más enorme villa grutense. Que está en estos días ingresando en su vorágine de cada verano. Ritmo vertiginoso del que Fabio y los suyos se desconectan recorriendo en apenas cinco minutos desde el centro, el camino hacia su hogar. Ese es su refugio, en el que se pierden los ruidos, se potencian las miradas, se expanden los sentidos y se admira la incomparable belleza de la combinación exacta entre el mar y la estepa.
Más fotos y detalles de esta casa en www.rionegro.com.ar/blog/eh
TEXTO: PEDRO CARAM pcaram@rionegro.com.ar FOTOS: MARTÍN BRUNELLA
|
||
Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí | ||