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Las obras de arte pueden ser un negocio
Las cotizaciones no responden a la ley de la oferta y la demanda sino -como subrayó el crítico Martin Gayford, de la Universidad de Oxford- a "la oferta y el deseo". La Argentina comenzó a aprovechar el creciente interés por lo latinoamericano, especialmente de coleccionistas estadounidenses.
Mientras el mercado de obras de arte en el mundo movilizó en el 2006 alrededor de 30.000 millones de dólares, el de la Argentina llegó a casi 12 millones y este año treparía a 15 millones, sin superar el record de 15,5 millones de 1999. Hay quienes afirman que dicha cifra podría duplicarse considerando no sólo las subastas públicas -unas 60 al año, convocadas por cinco firmas, de las cuales Arroyo y Roldán realizan la mayoría- sino, además, las operaciones directas, muchas "en negro". "Ramona espera", de Antonio Berni, alcanzó el precio más alto: 717.500 dólares.

Sobre lo reducido del mercado local, existen coincidencias acerca de las tesoneras acciones de las galerías, en oportunidades sin suficientes capitales, observándose en la presente década que las jóvenes se agrandaron y que los coleccionistas nacionales y extranjeros se interesaron más por las nuevas producciones. Todos los involucrados siguen esperando que se sancione una ley de incentivos fiscales que suprima gravámenes, para así contribuir al desarrollo de museos, galerías y fundaciones: recaen sobre las transacciones el 21% del Impuesto al Valor Agregado, el 33% de Ganancias y el 3% de Ingresos Brutos. Pese a todo, las cotizaciones no responden a la ley de la oferta y la demanda sino -como subrayó el crítico Martin Gayford, de la Universidad de Oxford- a "la oferta y el deseo".

Nahuel Ortiz Vidal, director de Roldán, interpretó que "los precios los establece el mercado según el estado de conservación, la época del artista, el tema y el tamaño de la obra, si está reproducida o si ganó algún premio, entre otros aspectos".

"La inversión en el arte sigue siendo, hasta el momento, la más redituable, y entiendo que si el comprador está bien asesorado, el momento apropiado existirá siempre", aseveró Natalio Povarché, director de Rubbers.

El mercado del arte se convirtió en una buena alternativa a principios de este siglo para salir del inolvidable "corralito" y hasta aportó una rentabilidad atractiva a corto plazo, sobre todo por los bajos precios de las obras comparados con los vigentes en otros países. Art Market Trends lo llegó a considerar más estable que la bolsa y menos sensible a las crisis económicas y políticas.

No faltaron asesores que mencionaron una ganancia del 20% anual en dólares, con la compra de tres a cinco obras cuyos valores no superaran en total los 50.000 dólares, opción preferida por pequeños inversores a una cartera de acciones. Como los cuadros no proporcionan dividendos, cuando un inversor compra siempre conviene que piense si en unos años encontrará a alguien que le pague más.

Ignacio Gutiérrez Zaldívar, propietario de la galería Zurbarán, advirtió que quienes invirtieron en dólares durante esta década, a un estimado del 6% anual de su capital, obtuvieron a fines de noviembre el 90%, en tanto que si lo hicieron en euros consiguieron el 50% más. Aquellos que optaron por los commodities ganaron en idéntico lapso 384% con petróleo, 360% con

cobre, 130% con acero y 97% con aluminio. Simultáneamente, "los buenos fondos de inversión en arte ganaron el 12% anual acumulado, lo que nos da una ganancia de 180%", y por lo general compraron sólo obras de gran calidad, que para Gutiérrez Zaldívar representan apenas "el 2% de las que se ofrecen a la venta y las que suben geométricamente". De cualquier manera, se pueden adquirir obras abonándolas en cuotas mensuales accesibles para determinada franja de la población.

Adrián Gualdoni Basualdo, titular de Consultart, diferenció la inversión en arte de aquellas en otros bienes (como el oro, el petróleo y las inmobiliarias) en que la obra es "única e irrepetible". Opinó que "la figura del inversor en arte no existe en la Argentina", donde sí está el "coleccionista por vocación que también espera un rédito económico si elige bien".

Al comparar las cotizaciones locales con las internacionales, se comprueba que las que manejan coleccionistas y galeristas son inferiores, tanto por la relación obra-precio como por los resultados de sus ventas en subastas internacionales, explicó Daniel Gallet, director de la galería Los coleccionistas.

"El comprador en una subasta es una persona cultivada a la que le interesa la pintura más que la inversión -afirmó Manuel Ramón, director de Arroyo-. Creo que en realidad la compra para disfrutarla". Aseveró que esa modalidad operativa "ha sido y continúa siendo, desde siempre, el medio más adecuado para garantizar la transparencia de las operaciones comerciales", con "igualdad de oportunidades para todos los oferentes". Eso facilita "el descubrimiento de cualquier falla o error en los bienes ofrecidos y genera el ámbito que luego otorga al comprador un título perfecto para exhibir ante terceros".

No habría más de quince grandes coleccionistas en la Argentina, figurando entre los más conocidos: Amalia Lacroze Reyes de Fortabat, que aguarda inaugurar su propio museo; Nelly Arrieta de Blaquier, que aparece en un ranking entre los más importantes del mundo; Eduardo Costantini, creador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) en el 2001, que reúne la colección internacional más importante en la materia; Jorge Helft, quien nunca compró sin ver la obra, y Mauro Herlitzka, actual vicepresidente del MALBA, ex presidente de arteBA y uno de los organizadores de la reciente Pinta (ver aparte).

La Fundación arteBA organiza desde hace 17 años la feria de arte contemporáneo más importante de América Latina. En mayo último, 76 galerías de once países ocuparon 18.000 metros cuadrados del predio palermitano de La Rural, visitado por unas 110.000 personas que compraron cerca de 500 obras, algunas destinadas a museos. La idea inicial -que se mantiene- fue convertirla en un centro de negocios, pero parece ser la única de una organización no gubernamental sin fines de lucro que no tiene injerencia en las ventas -que están a cargo de los galeristas-. En la última, la brasileña Petrobras impulsó la cuarta edición de su premio. Además, tuvo a Open Space, exclusivamente para obras monumentales; Barrio Joven, con el auspicio de Chandon, que mostró emergentes que no tenían otra posibilidad de exhibir, y el ámbito dedicado al video. El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) participó por primera vez en el programa de compras, junto con el del Barrio de Nueva York.

Expotrastiendas es una feria "plural y federal" dedicada al arte argentino. En su séptima edición porteña, en octubre, asumió una vez más su condición de espacio abierto a todos los lenguajes y tendencias, incluso el formato video. Casi un centenar de galerías y vendedores de arte presentaron creaciones de unos 500 artistas.

El año pasado se hizo la Bienal del Fin del Mundo, en Ushuaia (Tierra del Fuego), en cinco diferentes sedes -hasta en el ex presidio-, con 65 propuestas de 21 naciones y en todos los soportes.

Desde principios de este siglo, inversores de riesgo y emprendedores on-line incursionaron en el mercado del arte. Merchant Bankers (MBA), por ejemplo, lanzó un fondo dedicado a obras locales y consiguió que una veintena de sus clientes -a los que Alejandro Reynal, presidente de la entidad, denominó "socios"- aportara

para constituir el primer millón de dólares y se comprometiera a no retirarse hasta que transcurrieran tres años. Esos "socios" aceptaron llevarse obras en préstamo y, al cabo de un año, que fueran rematadas para obtener sus ganancias. Si alguno quiso adquirir una antes de la subasta, debió pagar un 50% por encima del precio de lista.

Por no creer "compatibles arte y dictadura", centenares de artistas y personalidades de la cultura repudiaron en noviembre pasado el nombramiento del citado Reynal como presidente y miembro del consejo de administración de arteBA. Declararon que fue "un prominente funcionario de la dictadura, vicepresidente del Banco Central y colaborador de (José Alfredo) Martínez de Hoz". La fundación anunció luego la renuncia de Reynal y su reemplazo por Facundo Gómez Minujín.

Entre los sitios para comprar por internet, están:

" Tuxy's.com., un portal de arte y cultura que provee obras para subastarlas on-line, a través de una alianza estratégica con DeRemate.com, a precios que oscilan entre 200 y 1.500 dólares.

" Buscarte.net forma parte de Fond Art, que compra y vende arte latinoamericano con su propia cartera de inversores. Posee una galería virtual con 2.000 obras de 400 artistas, cuyas cotizaciones van de 300 a 120.000 dólares.

Ciertos coleccionistas recurren a operaciones marginales y hasta encomiendan robos, que según Interpol movilizarían más de 1.000 millones de dólares anuales, en tanto la oficina local recibió más de 900 denuncias. El mercado colateral, además, puede estar plagado de falsificaciones, por lo que se recomienda obtener los correspondientes certificados de autenticidad.

 

MIGUEL ÁNGEL FUKS

 



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