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Asia será una de las locomotoras
Hace tan sólo pocos años fueron los países emergentes los que dotaron de nerviosismo a la economía mundial con su crisis financiera y monetaria. Pero con la repentina caída del mercado inmobiliario norteamericano y el consiguiente desplome del sistema crediticio ahora la crisis se vive en Estados Unidos, mientras en Europa la situación tampoco es tan color de rosa como se veía unos meses atrás.

En Japón, el Banco Central mantuvo su pronóstico de un crecimiento "moderado" para los próximos tiempos, aunque el ritmo se ralentizará "probablemente".

Los niños problemáticos y pobres de entonces, liderados por China, se encuentran sin embargo magníficos y los economistas estiman que no sólo este año, sino también el siguiente, serán los que se ocuparán de que los problemas estadounidenses no dejen fuertes huellas de freno en la economía mundial. Pero que la coyuntura recortará su ritmo expansivo ya nadie lo duda. "Menor (crecimiento) en Estados Unidos, un poco menos en Europa, fuerte en los países emergentes y se obtiene aun así un buen crecimiento a nivel mundial. Ésa es nuestra suposición para el 2008", declaró el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) Simon Johnson a DPA.

El Deutsche Bank parte del pronóstico de un crecimiento sólido del 4,6% anual, tras el 5,2% estimado para este año. Las locomotoras en el 2008 serán Asia, con una expansión del 8,6%, y los países emergentes de Europa y África, con un 6,2%, mientras los expertos esperan un crecimiento del 2,2% anual en Estados Unidos y de tan sólo un 1,6% para la eurozona. En cambio, la Comisión Europa prevé para el año que viene una mejora del 2,2% de la economía, después del 2,6 alcanzado en el 2007.

"En el 2008 fluirán grandes capitales hacia Europa y los países emergentes", estimó Johnson. En Japón, China y los países productores de petróleo habrá grandes superávits en las balanzas de pago. "Eso es capital que busca un hogar y que mantendrá la economía mundial en movimiento por un rato", señaló el economista del FMI.

Los especialistas del Deutsche Bank estiman que el riesgo de una recesión mundial es de un tercio (según su definición: un crecimiento menor al 2%), mientras que el de un suave debilitamiento de la coyuntura global asciende a un 50%. No creen, sin embargo, que la conjunción de los altos precios del petróleo con condiciones crediticias más estrictas y mercados inmobiliarios más débiles lleve efectivamente a una caída.

Entre las razones que esgrimen los expertos figuran que la corrección en las inversiones en el sector de la construcción de viviendas en Estados Unidos ya tuvo lugar. Parten, asimismo, de la base de que los bancos centrales -como ya ha sucedido- saldrán en ayuda de los mercados de capitales con inyecciones de dinero y de que las entidades monetarias seguirán una política en la fijación de tipos de interés que amortigüe los shocks y mantenga a flote la economía mundial.

"Pienso que la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo han hecho un extraordinario trabajo desde el verano (boreal) -destacó Johnson-. Para ellos era muy difícil saber qué era lo que estaba pasando. Pero pusieron a disposición mucha liquidez sin desestabilizar la estructura monetaria integral".

Advirtió no obstante de la existencia de límites que las entidades monetarias deberán observar en un futuro. "Creemos que todavía persisten presiones inflacionarias en Estados Unidos y a nivel mundial, algo que estrecha el campo de acción de los bancos centrales", alertó.

Una coyuntura más débil, una capacidad de actuar más limitada para los bancos centrales por los riesgos inflacionarios y también el factor de que la reducción de las tasas de interés ya no tiene tanto efecto como antes porque el mercado monetario tiene arena en su mecanismo: "Todo esto hace del 2008 un año bastante difícil", señaló el economista del FMI.

(DPA)



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