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¿Volver al pasado? Jorge Sapag justificó esta semana la posible compra del 10% de las acciones de YPF por parte de las provincias hidrocarburíferas. La petrolera española estaría en condiciones de financiar la operación, tal como lo hizo con Enrique Eskenazi -titular del Grupo Petersen, hoy dueño del 15% de la firma-. El valor técnico del 10% de las acciones que quieren las provincias se ubica en torno de los 1.530 millones de dólares. "Este financiamiento se repaga fácilmente", sentenció el flamante gobernador ante los distintos medios de prensa al ser consultado por el tema. Para adquirir la proporción que en teoría le corresponde, en relación con lo que produce YPF en la región, la provincia del Neuquén debería endeudarse en 500 millones de dólares. De esta manera accedería a la titularidad del 33% de las acciones que pretenden en conjunto (10%) las provincias de la Ofephi. Si bien Sapag es optimista respecto del futuro hidrocarburífero de la provincia y la evolución que presenta la industria en el contexto internacional, habría que plantearse los siguientes puntos antes de cerrar una operación de tan importante magnitud. " Si es tan buen negocio comprar estas acciones, ¿por qué los ejecutivos de la petrolera española tomaron la decisión de venderlas a un valor similar al que ellos las adquirieron años atrás? "Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía", ironizó un operador del mercado en conversación con este medio. Desde el Ejecutivo neuquino recusan esta hipótesis: "Con estos conceptos, entonces hay que pensar que un empresario de la talla de Eskenazi no entiende nada de negocios". Es que para don Enrique la entrada en YPF va mucho más allá del tema petrolero: la razón principal de la selección por parte de YPF de este nuevo socio estratégico fue el currículum de Eskenazi como operador de mercados regulados. Ahí está el negocio de la petrolera española, del Grupo Petersen y de los Kirchner. No queda claro cuál es el negocio de la provincia dentro del marco político mencionado. " Por más que la compra del 10% de las acciones se considere una operación de fácil repago por las condiciones que presenta hoy el mercado, endeudar la provincia en 500 millones de dólares no es algo menor. ¿Qué pasa si las condiciones internacionales cambian? ¿Y si la economía mundial se desacelera, la demanda de crudo se frena y los precios del barril comienzan a caer? ¿Y si las tasas de interés en Europa suben para contener la inflación? Sin dudas, esto podría cambiar el optimista escenario presentado por Sapag y lo que se inició como una aventura "nacionalista" podría convertirse en una pesada deuda que condicione el crecimiento y desarrollo neuquinos. Las provincias tienen historia en este tema. " El 33% del 10% del paquete accionario de YPF representa para Neuquén el 3% del total de la empresa. ¿Qué injerencia puede tener el titular de ese porcentaje de acciones en las decisiones de la empresa como para favorecer en el futuro a la provincia? Es poco creíble, o como mínimo ingenuo, pensar que la Nación o que la misma petrolera española darán espacio en un futuro a Neuquén en las decisiones y negocios de la empresa con tan bajo porcentaje de participación accionaria. En ese escenario, cabe un interrogante más: ¿qué puede representar para Neuquén, o para Jorge Sapag en particular, endeudar la provincia en 500 millones de dólares para tener el 3% de las acciones de una empresa que se está retirando del mercado? Representa, como mínimo, una operación de alto riesgo en términos de costo/beneficio para el Estado provincial. Los indicadores de solvencia fiscal que muestra hoy Neuquén son positivos. Así lo confirman distintas estadísticas oficiales y privadas. La relación Deuda pública/PBG se ubica hoy en el 9%, muy por debajo de los indicadores de la media nacional. Esto quiere decir que la administración Sapag tiene margen para endeudarse. Las dudas apuntan a la orientación que se le dé a ese endeudamiento y a los beneficios que eventualmente podría representar para la sociedad neuquina. El nuevo gobierno habla de cambios e intenta por todos los medios de diferenciarse de la administración Sobisch. Pero pareciera que, como ocurre a nivel nacional, hay más de continuidad que de renovación dentro de lo que es la hegemonía de este "nuevo" MPN en el poder. El endeudamiento de la provincia para hacer rieles que no van a ninguna parte o autódromos para unos pocos tiene mucho que ver con esta nueva propuesta de adquirir acciones de YPF. Jorge Sapag posee un capital que pocos tienen y es el conocimiento en el tema hidrocarburífero, que se suma a la buena relación que siempre mantuvo con la cúpula de la petrolera Repsol-YPF. No hay que olvidar que fue el operador del gobierno neuquino en toda la negociación de la tan controvertida prórroga de la concesión de Loma de la Lata. Muchos fueron los millones de dólares que ahí estuvieron en juego. Tampoco deberíamos olvidar lo que significaron los negocios del Estado en materia petrolera cuando YPF estaba en manos del sector público.
(Redacción Central) Sapag insiste en que adquirir parte de la empresa YPF es un buen negocio. |
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