Heredera de una inquietud pionera, esa misma que forjó nuestra Patagonia, Magdalena Bustillo hace honor al legado de su abuelo, don Ezequiel Bustillo. Cuando gran parte de nuestro rico territorio productivo se está transformando en un negocio diferente, en donde se exalta el valor de lo bello, puro y exclusivo, buscando altas cualidades de distinción y calidad, hay quienes vislumbran producir bajo ese nuevo paradigma. Y pensar en un producto tan noble como el vino, capaz de transmitir todas esas sensaciones propias de un terruño tan particular y apreciado como el de San Martín de los Andes, a pocos se les hubiera ocurrido. Es así que luego de cuatro años, desde que Magdalena acercó su inquietud a la agencia del INTA de la localidad y se definió una labor conjunta, es que hoy brindamos con esos primeros vinos, fruto de una visión que se hace realidad. La viña experimental está ubicada en la Estancia Chimehuin, propiedad de la empresa Lihue Leuvú SA, situada en el valle inferior del río homónimo, a 50 km de San Martín de los Andes en la provincia del Neuquén. Allí se inició un trabajo sin antecedente alguno sobre este cultivo en la zona, paradójicamente situada a los 40º de latitud sur (las regiones vitivinícolas más importantes del mundo se encuentran entre los paralelos 20º a 51º en el hemisferio norte y 20º a 40º en el hemisferio sur). El valle es dueño de un clima sin igual, de inviernos húmedos y fríos y veranos cálidos y secos, con una marcada amplitud térmica y notable luminosidad; todas éstas, condiciones ideales para la obtención de vinos con alta acidez y gran frescura. Se instalaron ocho variedades entre uvas tintas y blancas, en una superficie de una hectárea sistematizada con la última tecnología en riego y control de heladas, acompañada de una estación meteorológica in situ que permite la toma de datos de todas las variables ambientales requeridas para un adecuado seguimiento y estudio del cultivo. No bastó pensar en un estudio agronómicamente posible con la tecnología disponible, también se consideró el valor del recurso natural del que se partió, y preservando esta condición se definió un manejo orgánico del cultivo, con el objeto de producir un vino de carácter tan natural como su real entorno. Con su segunda vendimia, se remitieron uvas para su evaluación enológica al Centro de Estudios Enológicos con que cuenta la Estación Experimental Agropecuaria del INTA en Luján de Cuyo, Mendoza. A partir de estos estudios agronómicos y enológicos, hoy se avanza con miras a la implantación de un viñedo y bodega boutique que produzca vinos finos orgánicos de calidad, con originalidad y estilo propio. Práctica para el control de la carpocapsa Un reciente informe del INTA detalla que éste es el momento indicado para colocar fajas de cartón corrugado en el monte frutal. La correcta utilización de esta práctica permite reducir de un 50% a un 70% la población de carpocapsa. Al mismo tiempo es eficiente, económica, simple, rápida y disminuye la resistencia a los insecticidas. Las crecientes restricciones en el uso de insecticidas para el manejo de carpocapsa hacen necesario redoblar los esfuerzos para disminuir las poblaciones de esta plaga mediante la utilización de otros métodos de control. La colocación de fajas de cartón corrugado es una tarea cultural de gran importancia en este momento de la temporada, porque actúa disminuyendo las poblaciones de la plaga y retrasa el riesgo de desarrollo de resistencia a los insecticidas. Además, es económica, rápida, sencilla y no requiere de mano de obra especializada. Con su correcta realización, es posible reducir de un 50% a un 70% las larvas invernantes de un monte frutal. Sin embargo, el no seguimiento de las indicaciones mínimas de colocación significará un esfuerzo y un costo desperdiciado que no redundará en un beneficio efectivo de disminución de las poblaciones de carpocapsa. El INTA recomienda iniciar este trabajo preferentemente durante la primera quincena de enero. Para ello se deberá eliminar primero la corteza suelta en la parte del tronco donde se va a ubicar la faja. De esta manera se incrementará su efectividad, ya que las larvas no tendrán posibilidades de refugio en otras partes del árbol. Luego se deberá seleccionar una zona del tronco lo más lisa y redondeada posible, para evitar que queden huecos entre el tronco y la faja. Si no es posible elegir una zona como la descripta, conviene colocar las fajas en las ramas principales, que generalmente tienen formas más regulares.
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