Los dueños de casa son un típico par de empty nesters, expresión que en Estados Unidos designa a las parejas maduras cuyos hijos se han marchado de casa para asistir a la universidad. Peter es biólogo y consultor en medio ambiente y Cindy trabaja para un funcionario de la ciudad de Ventura. A pesar de haber estado siempre rodeada por hombres –su marido y sus dos hijos– Cindy ha marcado la casa con un estilo muy femenino y acogedor –una suerte de Shabby chic– que se mantiene uniforme en todos sus ambientes. “El interior es una mezcla ecléctica de cosas queridas, muebles que requieren poco cuidado cubiertos por fundas y una variada colección de objetos reunidos durante 30 años de matrimonio”, en palabras de Cindy. Combinados, los muebles vintage y contemporáneos unen la tradición inglesa con el estilo de vida californiano, dando como resultado una casa con vida, en la cual se pueden poner los pies en el sofá y posar descuidadamente una copa de vino sobre la mesa. La construcción original es de estilo Cape Cod, data de 1925 y posee 140 metros cuadrados cubiertos, sin contar las superficies semicubiertas añadidas en los últimos años. Por tratarse de una vieja vivienda de madera, requiere constantes trabajos de mantenimiento. Lejos de acobardarse por ello, su dueña los aprovecha para introducir cambios y hacerla crecer. Su configuración actual, pero no definitiva, es la siguiente: en la planta baja se encuentran el living comunicado con un porche cerrado (que oficia de cuarto de huéspedes) y con uno de los dormitorios. En la misma planta, mirando hacia el fondo, está la cocina comedor, un escritorio, un baño/toilette y las galerías que funcionan como comedor y estar de verano. En la planta alta, en donde estaba el altillo, ubicaron el dormitorio principal con una salita de estar y un baño completo. Cindy descubrió el que sería su futuro hogar durante un paseo en bicicleta. “Una de las razones por las que nos gustó es que no había sido reciclada en los años ’60 ó ’70, como tantas otras casas de la zona. Los materiales originales, los picaportes, las ventanas con vidrios ondulados, todavía estaban allí y no habían sido reemplazados”, explica y recuerda también que estaba atiborrada de objetos, en un estilo bastante deteriorado. Los trabajos comenzaron varios meses antes de su mudanza: “Toda la carpintería y los gabinetes estaban manchados y oscuros, lo cual cambiamos para dar a la casa una sensación más ligera”. Otra reforma que hicieron de entrada fue añadir un baño en el altillo que por entonces era el dormitorio de los hijos y hoy es el dormitorio principal. La habitación del matrimonio es uno de los lugares más encantadores de la casa; es acogedora, cálida y ofrece gran privacidad, a pesar de no estar totalmente cerrada. “El ala este es donde escribo mis cartas, hago yoga y medito. Es especialmente apta para esto porque tiene puertas ventanas permiten disfrutar la salida del sol, adoro empezar mis días aquí. El sol comienza a levantarse sobre las colinas y se abre paso entre las ramas de los grandes robles de la calle... es una experiencia privilegiada”. La concepción arquitectónica de la remodelación y el diseño de interiores son autoría de Cindy, mientras que los trabajos fueron dirigidos por su marido, con la colaboración de un constructor. “Remodelamos la cocina, las galerías, hicimos cambios en el jardín; luego tiramos abajo el viejo garaje para construir un nuevo patio y cochera. Todavía falta completar la casita de huéspedes y algunas mejoras en el baño de la planta baja. Queremos agregar una bay window en la sala de estar”, detalla. Cindy está orgullosa con el último agregado hecho a la casa, una galería semicubierta en la que han instalado un living comedor externo. “El clima en Ojai es perfecto para recibir al aire libre. Solíamos poner una gran mesa en el jardín del frente, pero queríamos un lugar donde pudiéramos escuchar música y bailar”. El nuevo ambiente tiene techos altos, grandes puertas ventanas estilo francés y está totalmente abierto en uno de los lados. “Como el sol del verano es muy fuerte necesitábamos sombra, pero al mismo tiempo no queríamos bloquear la vista de los magníficos nogales americanos (nuez de pecán) del patio trasero. Las noches son casi siempre frescas, aún a mediados del verano, por lo que el hogar es ideal agruparse y compartir historias o escuchar a Peter tocando la guitarra. Nos gusta juntar las mesas, cubrirlas con bellos manteles y servir desayunos o cenas al fresco. Comer con la familia y los amigos, rodeados de rosas y naranjos en flor… ¿qué puede ser mejor?”, dice entusiasmada. En lo que respecta a los muebles de la casa, Cindy precisa “con dos hijos que mandar a escuelas privadas y a la universidad, nos concentramos más en invertir en educación que en muebles. No obstante, hemos coleccionado algunas obras de arte que nos gustan, a lo largo de los años, a menudo para nuestro aniversario o para celebrar algo especial. Nuestros muebles son una mezcla de objetos que compramos nuevos en Ethan Allen, cuando nos casamos, antigüedades que fuimos reuniendo, más algunas piezas prácticas y de pequeña escala de Pottery Barn y Williams Sonoma”. Pero el detalle que aporta calidez y distingue la ambientación de la casa son las telas, presentes en todas las habitaciones. “Me vuelven loca las telas y no puedo evitar coleccionar manteles viejos y lindas piezas de tejido. Algunas las he transformado en almohadones. Soy fanática de las fundas lavables. Con chicos y perros, nos han dado buen resultado y me permitieron flexibilidad para cambiar los almohadones y accesorios cada temporada”, confiesa Cindy.
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