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La producción evolucionó de distintas maneras
BUENOS AIRES.- Aunque la economía argentina entró en recesión en 1998 y disminuyeron los niveles de producción de electrodomésticos, las importaciones se mantuvieron bastante estables hasta el 2000 y los fabricados en Brasil arribaron en condiciones más competitivas por la devaluación del real.

Por el ajuste de la paridad cambiaria del peso y la consiguiente modificación de los precios relativos, el Centro de Estudios para la Producción (CEP) advirtió que hubo un uso de insumos cuyas cotizaciones se alinearon con la evolución del dólar y una demanda que resultó afectada por la situación del mercado interno, al que se destinaba del 90 al 95% de la producción.

Cuando en las postrimerías del 2002 comenzó la recuperación local, la recesión en Brasil volvió a impulsar la llegada de sus productos.

El CEP señaló dos aspectos centrales en la cuestión estructural:

" Una industria nacional conformada mayormente por pequeñas y medianas empresas, frente a un mercado mundial dominado por grandes multinacionales con presencia en la región.

" La utilización sectorial de insumos intermedios -principalmente chapa y plástico-, en gran parte suministrados por grandes empresas que tenían clientes de diversas ramas fabriles y un importante sesgo exportador, y que apenas en una pequeña proporción dependía de las fábricas de electrodomésticos locales.

Tales aspectos determinaron la deficiente evolución de la línea blanca (heladeras, freezers, lavarropas, secarropas y lavavajillas), mientras faltaban políticas que estimularan un mejor desarrollo. Faltaron acuerdos sectoriales que definieran una estrategia de inserción en los mercados nacional y extranjeros y que implicara, incluso, una reconversión o especialización en nichos determinados.

Últimamente, las fábricas de electrónicos ubicadas en Tierra del Fuego obtuvieron una prórroga del régimen establecido por la ley 19.640, que les otorgó beneficios, pero con ciertos cambios.

No todos los productos evolucionaron de la misma manera. Impulsados por licencias no automáticas, los cupos a la importación y la mayor competitividad del peso tras la devaluación, fábricas locales de la línea blanca ampliaron sus capacidades para satisfacer la mayor demanda, pero no tanto como para no quedar rezagadas.

Los televisores fueron los principales impulsores del "boom" del consumo, apuntalado sobre todo por los plasmas y de cristal líquido (LCD) -beneficiados por la financiación en cuotas, el reemplazo tecnológico y la reducción de precios-, pero además se hicieron notar los reproductores de DVD, home theatres, MP3, computadoras y equipos split de aire acondicionado.

Para este año se calculó un mercado de 120.000 LCD, el doble que en el 2006, y para el 2008 se estimó uno de 200.000. En Tierra del Fuego se hacen marcas mundiales como Philips, Sanyo, Noblex, Philco, LG, TCL, RCA y las argentinas BGH y Admiral.



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