BUENOS AIRES (ABA).- El presidente de la Cámara Argentina de Comercio, Carlos de la Vega, advirtió sobre el complicado y fuerte aumento de costos que empieza a soportar el sector debido a la presión gremial cada vez más contundente y a la ley que prevé gravar fiscalmente los tickets canasta. En diálogo con “Río Negro Económico”, De la Vega estimó que las perspectivas macroeconómicas para el próximo año siguen siendo alentadoras, a la vez que calificó de sobredimensionado el problema y la situación del INDEC. A continuación, la charla mantenida con el directivo. –¿Cómo es su perspectiva macro para el año que viene? –Las perspectivas para el 2008 son realmente muy buenas. El país viene creciendo desde el 2003 de manera acumulada casi un 52% y para el año que viene estaremos por lo menos en un 7 u 8% de incremento del Producto Bruto. –¿Considera que esa postura es oportuna? –Bueno, el gobierno ha ratificado que no acepta bajar el ritmo de la actividad económica; consecuentemente, esperemos que ésta se mantenga de la manera indicada. –¿Cuál es hoy uno de los principales motivos de preocupación para ustedes? –Para nosotros, que tenemos una Argentina de comercio, el motivo de máxima preocupación es la puja intersectorial entre los gremios, es decir, CGT y CTA, por un lado, y las luchas del gremio de la CGT entre ellos por captar lo que se llama el encuadramiento sindical. –¿Qué consecuencias observa en esa situación? –Allí el problema es que un gremio le saca afiliados al otro; esa lucha tiene lugar dentro de las empresas y muchas de éstas son bloqueadas y tienen que parar su actividad económica. Todo esto termina siempre con aumentos de salarios, y son aumentos al margen de los convenios colectivos de trabajo que tienen meses o años de duración. Realmente nos parece una provocación. –¿Cree que eso podría solucionarse con el pacto social del que se habla? –Sí, efectivamente; podría arribarse a una solución a través del diálogo, que es lo que nosotros solicitamos: un diálogo razonable entre los sectores, llegar a un acuerdo. Pero acá hay muchas internas en las organizaciones sindicales, y entre ellas consecuentemente es muy difícil actuar. –¿Hay preocupación en la Cámara de Comercio por el tema de la evolución de los precios y la inflación del 2008? –Yo no tengo ninguna duda, porque los antecedentes así lo indican, pero quienes manejan la economía son personas prudentes que habrán de ir ajustando gradualmente los pequeños detalles para que eso no se produzca. –¿Por qué se oponen en forma terminante a la ley de tickets? –Lo que ocurre es que éste es un cambio abrupto de las reglas de juego. 15.000 empresas en el país han dado voluntariamente esos beneficios a sus colaboradores, que son 1.300.000, 1.500.000 personas en todo el país, y ahora sobre la base de un costo determinado y con la sanción del Congreso nos ponen en situación de tener que pagar cargas sociales sobre el total de las remuneraciones. –¿Ése es el verdadero peligro? –No, aclaro que no sólo está la carga social que deben pagar las empresas, sino también que éstas deben hacerse cargo de los aportes del trabajador. Esto representa un perjuicio muy grande para el comercio, sobre todo para aquellos que han dado bonos y han quedado al límite de sus posibilidades en materia de remuneraciones. –¿Ustedes ven un efecto muy complicado para las empresas a nivel de rentabilidad, a nivel de costos? –Observamos un incremento de costos en la parte salarial que puede alcanzar un 20% en el sector de comercio y servicios. Evidentemente es algo que de ninguna manera estaba previsto. –¿Cree que hay empresas que no podrán asimilarlo? –Bueno, evidentemente va a ser un perjuicio, y estas cosas a la corta o a la larga en alguna medida se trasladan a los precios. –¿Cómo se debería normalizar la situación del INDEC? –En primer lugar, creo que el tema está un poco sobredimensionado; parece que fuera el eje sobre el que gira toda la economía y toda la realidad argentina. En realidad, éste es uno de los cientos de temas que están en consideración de la sociedad, pero ya le digo: me parece que se está sobredimensionando. Tampoco dudo de que en el 2008 eso gradualmente va a ir encontrando los límites naturales. Empresario de raza Carlos de la Vega es un hombre que desde muy joven se dedicó a la actividad empresaria, particularmente en la Cámara de Comercio. A los 59 años, y con tres hijos, a este dirigente le gusta mantener bajo reserva absoluta su vida privada. Sin embargo, comentó brevemente que es un apasionado por la lectura, especialmente en lo que hace a historia, política y economía. Por lo bajo, comenta que es un especialista haciendo asados en su casa del Gran Buenos Aires. Ésta es la segunda presidencia que encara De la Vega en la Cámara Argentina de Comercio. Su primer período como titular de la entidad fue entre 1988 y 1993. También se desempeñó como presidente de la Secretaría Permanente del Congreso Hemisférico de Cámaras de Comercio durante 1992. Ejerció, asimismo, el cargo de presidente de la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio –AICO– en 1990 y 1991. Asimismo, fue miem-bro del Consejo Directivo de FIEL –Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas– desde mayo de 1988 hasta la actualidad en numerosos períodos. Entre 1973 y 1997 se desempeñó en Ciba Geigy Arg. SA, como director de Relaciones Institucionales e integrando su directorio. Además, fue miembro fundador, como titular de la Cámara Argentina de Comercio, del Consejo de Cámaras de Comercio del Mercosur en 1992. (ABA)
|