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-Ya no me callo, trato de no dejar que nos pisen más-

Isabel Condorí tiene 66 años y nada de vergüenza en contar que odia a los gusanos; que la impresionan, que le dan asco desde chiquita, cuando vivía en una finca de Salta, de dueños ingleses y peones indígenas. De esos años recuerda que, con la cara rota por el llanto, buscaban frutas con sus hermanitos por el campo para poder comer, para poder llenar la panza. "Como animalitos", dice. Sus padres eran kollas y trabajaban a sol y sombra con la esperanza de algún día tener la tierra propia. Pero nunca les alcanzó.

Isabel recuerda que en esa época no había insecticida. "Entonces nos mandaban a todos los hijos de peones con un tarrito a sacar planta por planta los gusanos. Me acuerdo que yo lloraba porque me daban asco los gusanos. Se cavaba un pozo al final del surco y hacían fuego. Nosotros teníamos que ir con el tarrito a tirar los gusanos y quemarlos. Y así todos los días. Recuerdo que lloraba y que a la noche no quería comer. Después me enfermé. Estuve tuberculosa. Hasta el día de hoy me impresionan tanto los bichos, que no puedo ni ver un gusano", recuerda ahora, convocada por la Secretaría de Cultura de Nación para contar su historia en el libro "Mujeres dirigentes indígenas", junto a otras 11 luchadoras de todo el país.

 

El retrato de una época

 

Allí todas ellas repasan sus vidas y retratan una época: hablan de discriminación, de tierras despojadas, de culturas negadas, de cómo es volver a levantarse, de mujeres que desafían y que deben aprender a hacerlo, de miradas que miran mal y palabras que dicen peor aún y también, por qué no, de cómo es ganar la batalla. De, finalmente, levantarse. Las que prestaron su voz, además de Isabel Condorí, son: Rosario Quispe (pueblo Kolla), Octorina Zamora (pueblo Wichí), Elizabet González (pueblo Qom), Noemí Jofré (pueblo Huarpe), Olga Flores (pueblo

Guaraní), Clara Chilcano (pueblo Mocoví), María Inés Canuhé (pueblo Rankel), Ofelia Morales (pueblo Qom), Ramona Giménez (pueblo Pilagá), Teresa Epulef (pueblo Mapuche)y Natalia Sarapura (pueblo Kolla).

El libro, cuentan sus responsables en el prólogo, "intenta captar la riqueza en la diversidad de situaciones, de contextos, de formas de vida y de cosmovisiones que actualmente se desarrollan en nuestro país. Por otra parte, quiere mostrar que la lucha indígena -si bien parte de principios y reivindicaciones comunes- puede tomar abordajes diferentes, se manifiesta de diversas maneras y se realiza desde siempre, de manera constante y continua, dentro y fuera de las comunidades, en algunos casos de manera silenciosa y en otros en la arena pública y política". Y de eso hablan estas doce mujeres. De militancia.

Fue presentado hace un par de semanas y en ese momento Ofelia Morales (del pueblo Qom) se animó a decir lo que hace rato callaba: "En las páginas del libro transmitimos, con dolor y lágrimas, nuestras historias, que son todas parecidas a pesar de ser de distintas naciones". O como dice Noemí Jofré, del pueblo Huarpe: "Yo ya no me callo. Aprendí a no callarme más. Demasiado se callaron mis mayores, se callaron las mujeres y sufrieron muchas injusticias. Desde el lugar en el que estoy, trato de no dejar que nos pisen más, no permito que nos humillen".

 

ADRIÁN ARDEN

adrianarden@rionegro.com.ar



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