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ASÍ ES EL BARBIE STORE
Bienvenidos a esta casa, el Único lugar del mundo donde se ofrece a las niÑas Hacer realidad el sueÑo de lucir como una muÑeca –al menos por unas horas–. explican cÓmo es el negocio por dentro.

Tiesa como una estatua, Zoe Lichestein mira el modelo y verifica que la estilista esté copiando el peinado y el maquillaje con exactitud. La pequeña de siete años no deja pasar detalle. Su larga cabellera dorada debe quedar igual a la de la muñeca de sus sueños.
A su alrededor, decenas de niñas alborotadas recorren la peluquería pidiendo trenzas, brillos y cintas de colores.
Unos metros más allá, otras damitas eligen polleras, camisetas y pantalones de línea romántica, mientras sus madres calculan cuánto gastarán con la tarjeta de crédito tomando un té con masas decoradas con flores rosadas de azúcar. Bienvenidos al Barbie Store de Buenos Aires, el único lugar del mundo donde se ofrece a las niñas hacer realidad el sueño lucir como la muñeca.
“Barbie Store es un lugar donde las nenas se sienten grandes y las madres vuelven a su infancia”, resumió Tito Loizeau, uno de los dueños de la tienda, en una entrevista con The Associated Press.
El local de 650 metros cuadrados situado en el elegante barrio de Palermo está dividido en cuatro sectores: la tienda, donde se exhiben accesorios y exclusivas prendas de vestir para niñas de entre 2 y 12 años –también hay minúsculos modelos para que las muñecas vistan igual que sus dueñas–, la peluquería, la casa de té y la “casa de Barbie”, un salón de amplias dimensiones ambientado como el hogar del emblemático personaje de Mattel con una pasarela y una mini discoteca.
La línea de ropa ha atraído incluso a jóvenes de 16 años, y la empresa podría ampliar su oferta a prendas para adultos. En el lugar se respira Barbie. Y no es sólo por el perfume a goma de mascar que impregna el ambiente.
Las paredes, los percheros, los vestidores, los sillones, todos están decorados en blanco y rosa.
Aunque Mattel posee sectores dedicados exclusivamente a Barbie en grandes jugueterías como FAO Schwarz de Nueva York y tiene 22 tiendas bajo licencia, la de Buenos Aires es la única tienda del mundo donde “las nenas no vienen a comprar Barbies, vienen a ser Barbie”, explicó Loizeau.
La idea del Barbie Store surgió tres años atrás cuando Mattel contrató a Promo Red –la compañía de promociones de Loizeau– para organizar una “semana Barbie”: un local en un centro de compras de Buenos Aires ambientado como la casa de la muñeca que funcionaba como una guardería donde las niñas jugaban mientras sus madres recorrían los negocios. Lo que nadie pudo prever es que tanto las pequeñas como sus madres se iban a desesperar por comprar todo lo que había adentro, “incluso ropa de otras marcas que era parte de la escenografía, sólo porque estaba en la casa de Barbie”, dijo Loizeau. El éxito de la experiencia llevó al argentino a proponerle a Mattel una megatienda dedicada exclusivamente a Barbie en Buenos Aires.
El acuerdo con la compañía estadounidense llevó 18 meses de negociación. Loizeau desembolsó 500.000 dólares para desarrollar el negocio, obtuvo la licencia para usar la marca Barbie en las prendas de vestir y los accesorios, creados por una diseñadora argentina, y la exclusividad para expandir el concepto en Argentina, Uruguay y Paraguay. Mattel, por su parte, recibe un porcentaje de las ventas y puede emular la idea en cualquier parte del mundo sin pagar regalías a License Stores, la empresa de Loizeau que administra el local de Barbie.
Desde su inauguración a fines de setiembre, el Barbie Store –que apunta a un segmento medio a medio alto– ha vendido un 40% más de lo estimado inicialmente. En marzo, Loizeau saldrá a buscar fondos para expandir la compañía a locales del interior del país y del extranjero.
“Nuestra idea original era llevar la ropa de Barbie a la de las nenas, pero a las madres no les gustaba, les parecía un disfraz, no lo veían como ropa que usarían sus hijas todos los días. Entonces dimos vuelta la idea: ahora Barbie se viste como las nenas”, explicó Loizeau.
“Barbie Store propone que una vez aquí, las nenas se sientan una Barbie”, añadió el empresario, quien define su negocio como un centro de “fashiontainment”, una sinergia entre moda y entretenimiento. Ese concepto encuentra su máxima expresión en el “beauty center”, donde las pequeñas pueden elegir entre tres estilos: Barbie princesa, Barbie hada y Barbie Fashion Fever.
La producción de maquillaje, peinado con accesorios, manicura y una fotografía de recuerdo cuesta 100 pesos (unos 31 dólares).
El Barbie Store “es mucho mejor de lo que me imaginaba. Lo que más me gustó es la peluquería y que después podés desfilar”, dijo Pilar Vidal, de 9 años, mientras se paseaba por la pasarela con un disfraz de princesa y un peinado cargado de purpurina plateada.
Y si la idea es gastar poco, por 20 pesos las niñas pueden jugar durante una hora en la “casa de Barbie”, que incluye el dormitorio de la muñeca, una sala con juguetes y un guardarropas con vestidos de tul y coronitas brillantes. El mismo salón se alquila para celebrar cumpleaños y fiestas, con un precio base de 2.000 pesos para 20 invitados.
“Me encanta trabajar con niños porque son los clientes más fáciles de conquistar”, dijo entre risas Loizeau, quien asegura que su hija, fanática de la muñeca, ”siente que el papá es Walt Disney”.

 



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