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REJUVENECEN LA ÚLTIMA MORADA DE HEMINGWAY | ||
ES LA VIVIENDA MÁS ENIGMÁTICA DE TODAS LAS QUE HABITÓ EL GRAN ESCRITOR NORTEAMERICANO. QUEDA EN KETCHUM, IDAHO, EN ESTADOS UNIDOS. | ||
La morada final de Ernest Hemingway en esta población montañosa del centro de Idaho, con su asombroso despliegue de objetos personales del escritor, es tal vez la más enigmática, y ciertamente la más visitada, de todas las viviendas que habitó el ganador del Premio Nobel. Y es recordada especialmente como el lugar donde Hemingway se suicidó con un rifle de caza, en 1961. Taylor Paslay intenta cambiar esa imagen mediante una serie de investigaciones a fin de proteger la envejecida residencia de la década del cincuenta que vecinos de cercanas mansiones desearían fuese llevada a otra parte. "La casa tiene un gran valor histórico", dijo Paslay, de 36 años, cuya combinación de destrezas manuales y su título de graduado en literatura inglesa de la universidad de Michigan lo convierte en un ideal cuidador de la casa en la que ha estado viviendo desde octubre de 2005. "Definitivamente tiene valor para la comunidad, en buena parte porque Hemingway amaba la zona y retornó aquí y decidió comprar una casa". Paslay, gerente de conservación del hogar de Hemingway, terminó viviendo en el sótano de la morada final del escritor como parte de un plan de desarrollo de su empleador, el grupo sin fines de lucro The Nature Conservancy, propietario de la vivienda. Pero el grupo tiene como propósito principal conservar lugares silvestres, no edificios históricos. Antes de contratar a Paslay, intentó entregar la vivienda a la Fundación Hemingway. El plan era abrir la residencia para permitir la visita del público. La idea era que los turistas visitantes contribuyesen a compensar por los gastos anuales de mantenimiento, estimados en 50.000 dólares. Pero el plan se derrumbó en el 2005 en medio de amenazas de demandas por parte de vecinos que temían un fuerte incremento del tráfico. Los vecinos inclusive ofrecieron comprar la casa al valor que tiene en el mercado, para mudarla. Luego de ese contratiempo, el grupo cambió de dirección y contrató a Paslay para que hiciera algunas labores de mantenimiento. Y una vez que la Fundación Hemingway se disolvió a mediados de 2007, el grupo se embarcó en su actual plan de usar la vivienda para atraer a donantes ansiosos por ver el interior del hogar de Hemingway. "Intentamos hacer atraer el interés de las personas que se sienten vinculadas con este gigante de la literatura... un hombre que amó la tierra, que era un gran deportista, y que pasó unos 30 años viajando a Idaho", dijo Jan Peppler, directora de filantropía de The Nature Conservancy. En teoría, The Nature Conservancy podría vender la vivienda y recolectar entre cinco y 10 millones de dólares. Agentes de bienes raíces locales dicen que ese es el precio de la tierra donde está asentada la casa. Pero, en ese caso, la vivienda en sí sería destruida y reemplazada con algo más grande y más moderno. Algo que no tendría nada que ver con el sitio habitado por Hemingway. Y Peppler prometió que la casa nunca será puesta en venta. En su testamento, la viuda del escritor, Mary Hemingway, donó la vivienda de dos plantas y 230 metros cuadrados a la institución. Mary Hemingway falleció en 1986. La viuda de Hemingway no impuso restricciones para su eventual venta, pero exigió sólo que no fuese transformada en un museo público. La casa nunca ha sido abierta al público y continúa siendo como una cápsula del tiempo. Todo es de la década del cincuenta con su cocina, entonces futurista, y que ahora es "retro", con sus alfombras en el primer piso de un rojo estridente y un baño equipado con bidet, un artículo de higiene no muy conocido de los estadounidenses. "Inclusive hemos bromeado que podría ser el primer bidet de Idaho", dijo Paslay. Entre los objetos hay muebles, algunos traídos de España, junto con trofeos de safaris al África, y baúles para viajes por barco que ostentan etiquetas con el nombre de Hemingway y sus variados destinos, así como dos afiches de corridas de toros. Paslay dijo que miembros de la familia Hemingway se quedaron con muchos objetos, y la Biblioteca Presidencial John F. Kennedy llevó cinco cajones con materiales. Eso incluía manuscritos, cartas, fotografías y libros subrayados por Hemingway, o con anotaciones del escritor en sus márgenes. Mary Hemingway otorgó plenos derechos para que la biblioteca se quedara con esos materiales. Susan Wrynn, curadora de la colección de Hemingway en la biblioteca, dijo que allí estaban alrededor del 90% de sus manuscritos. Hemingway fue dueño de la vivienda desde abril de 1959 hasta su suicidio en julio de 1961, a la edad de 61 años. De acuerdo con los biógrafos, temía que “como los toreros y los amantes”, los escritores pierden su potencia, o su creatividad, al ingresar en la vejez, y no podría seguir escribiendo de acuerdo a los estándares de sus mejores obras. Cuando vivía en la casa y trabajaba, señaló Paslay, Hemingway solía levantarse muy temprano y escribir de pie en un cuarto vacío del primer piso, usando una máquina de escribir colocada en un pedestal, frente a una ventana desde la cual podía observar las montañas Boulder. El narrador quedó gravemente herido durante la primera guerra mundial, cuando era camillero de ambulancias. Esquirlas de una granada quedaron al parecer enterradas cerca de su columna vertebral, y para él era casi una tortura escribir sentado. Susan Beegel, editora de la revista The Hemingway Review, dijo que cuando Hemingway vivió en la casa trabajó en su libro “A Moveable Feast” (Traducido al español como “París era una fiesta”). Se trata de una serie de esbozos de su época en la capital francesa, en la década del veinte, y tal vez la mejor obra de su último período, con viñetas deslumbrantes de escritores como Francis Scott Fitzgerald y Gertrude Stein. Otros textos por los cuales Hemingway será recordado fueron creados en sus hogares de Cuba y de Cayo Hueso, en Florida. Pero para los admiradores de Hemingway, la única casa que seguirá conservando un misterio es la de Ketchum, Idaho. Es tan enigmática como las páginas finales arrancadas de una novela.
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