Señores concejales, autoridades nacionales, provinciales, municipales. De las Fuerzas Armadas y de seguridad. Señoras y señores concejales. Señoras, señores. Esto excede en mucho a lo que yo estoy acostumbrado. Se lo agradezco de todo corazón. Sin la menor duda que hay un exceso de generosidad, pero lo acepto. Lo acepto porque le hace bien a todos. Les estoy agradecido, reconocido, al presidente del bloque de la Unión Cívica Radical, concejal Horacio Balbo, quien inicialmente por teléfono pidió hablar conmigo. Me expresó que el motivo era éste. Yo le agradecí, le dije que no estaba en mi pensamiento recibir homenajes, agradecimientos, sino estar con la gente, compartir con ellos como he compartido siempre lo bueno, lo malo, y también la necesidad de vivir tranquilo estos últimos años.
Me dijo que por favor lo recibiera, que quería explicarme las razones. Yo soy sordo, bien sordo (risas), no entendí bien todas las expresiones de él pero cuando estuvo conmigo supe que era de la Unión Cívica Radical (aplausos). Con él no hubiera tenido relación antes sino superficialmente. Bueno, me explicó que por algún episodio que él presenció, siente la necesidad, y que lo había hablado con los demás concejales y el presidente del bloque, que querían hacer un homenaje a mi persona. Ya con ese sentido fundamentalmente porque era la Unión Cívica Radical, acepté. Acepté porque con la Unión Cívica Radical, el partido del cual yo soy uno de los fundadores, estuvo enfrentado durante 45 años. Es decir, que ese enfrentamiento que hay para dirigir nuestra comunidad, para resolver los problemas de la provincia, dirimir todas las necesidades tan grandes que tenía y que tiene Neuquén. Siempre hemos tenido buenas relaciones fundamentalmente con el radicalismo y con todos los partidos que estaban en la oposición aun en críticas fuertes, en opiniones distintas. La Unión Cívica Radical es un partido centenario que tiene gran experiencia. Este acto lo demuestra. Este acto enaltece la figura del concejal Balbo y del bloque de la Unión Cívica Radical y del presidente que tan bien preside este bloque.
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Quiero hacer alguna reflexión, muy pocas. No puedo dejar de hablar de Neuquén, de la Patagonia, de nuestro país... muy superficialmente, pero decirles lo que pienso. Pero tal vez en dos años la experiencia pueda ser útil.
En Neuquén, lo mismo que en toda la Patagonia, que estuvo abandonada durante 60 ó 70 años. Hubo la conquista del Desierto que en realidad fue la matanza que se hizo del pueblo originario en Neuquén no había absolutamente ninguna posibilidad de bienestar. Ochenta años después de la conquista, gobernadores que no tenían poder de decisión, le negaban a los ciudadanos los derechos cívicos. Teníamos el documento pero no podíamos usarlo para votar ni otra cosa. Y llegó la provincialización y con ella, la provincia pudo organizar su sistema social, económico; tenía falta de población, incluso de todos los elementos fundamentales. Pero más que nada lo grave de la situación era la pobreza y la situación de la salud y la educación. Había un médico en el norte, en toda la zona norte, había un médico de Gendarmería en Aluminé, en San Martín había en el Ejército médicos y uno o dos tradicionales viviendo allí. Y había en Neuquén, Zapala, Junín. Es decir, que no tenía protección sanitaria la gente. Estaba a la buena de Dios y con los yuyos efectivos de las machis, las curanderas y las madres que sabían como proteger a sus hijos. Y de la educación que solamente tenía lo mínimo indispensable.
Yo nací en Zapala. La escuela número tres a la que yo fui daba clases a la mañana hasta tercer grado. Cuando llegué a tercer grado, crearon el cuarto, y luego el quinto. El sexto no lo crearon (risas) así que el director de la escuela don Mecerca -tenemos un grupo de alumnos y alumnas-, se ofreció en sus horas libres darnos los programas y las clases para poder rendir libres todas las materias. Así lo hicimos y completamos el curso. Yo explico esto para que vean qué es lo que teníamos de educación. Escuela secundaria no había. Había en aquel momento en (General) Roca una escuela de mujeres, salesiana, pero que no tenía secundario. Después el único lugar donde se podía estudiar el secundario era Bahía Blanca. Bueno, allí fui yo. No pude terminar porque mi padre estaba en una situación económica que tuve que dejar al terminar el tercer año.
Así que desde el gobierno yo me di cuenta que los problemas más graves de la gente, la salud y la educación, porque entendía bien que no teníamos futuro sin un pueblo educado pero un pueblo educado que tenía hambre, que no tenía escuelas, que no tenía la posibilidad de salud, no podía ser educado. Y así lo hicimos. Teníamos que empezar por la salud. Yo recuerdo bien, no solamente en una reunión sino en varias reuniones que teníamos y que invitaba a ministros, con diputados, que teníamos que poner el esfuerzo en la salud.
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De esa manera pudimos completar el plan de salud tan famoso que fue reproducido no sólo en las demás provincias sino también en América Latina en casi todos los lugares (aplausos), hizo que bajara la mortalidad infantil de 260 que había cuando yo empecé el gobierno, de 125 que había cuando se inicia el plan de salud y hoy lo veo en 4 por mil y entonces, simultáneamente educación.
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Bueno, yo soy hijo de inmigrante. Por eso quiero hacer un homenaje. Un homenaje corto: mi abuelo vino a la Argentina en 1908, hace cien años. Vino con dos hijos, después vino mi padre en 1913, casado, con dos hijos. Y simultáneamente se llenó la Argentina de italianos, de españoles, de europeos, de asiáticos, de todas las nacionalidades, porque América era una posibilidad extraordinaria de paz y la gente huía de la guerra, de las hambrunas que había en aquel momento en el mundo, por las guerras. Los inmigrantes, por lo menos mi abuelo y mi padre, venían por el ferrocarril. Se instalaron en Neuquén en distintos lugares, y nacimos los siete hijos que han tenido y nacimos felizmente argentinos, orgullosos mis padres y nosotros de vivir en este país, que nos ha dado todo. Si le ha dado al hijo de un inmigrante que no ha estudiado la posibilidad de ser gobernador cinco veces y un homenaje como éste, es decir que los inmigrantes hicieron gran parte del país.