La producción vitivinícola regional está a punto de quebrar una barrera impensada para el sector hace algunos años. Es que de consolidarse la tendencia que se observa en la presente temporada, por primera vez las exportaciones de vinos de Río Negro y Neuquén superarían los 10 millones de dólares. De ese monto, a las empresas que operan en la provincia neuquina les correspondería algo más del 75% de participación en el total de ventas, es decir entre 7,5 y 8 millones de dólares, y el resto lo aportarían las bodegas rionegrinas.
Ya el año pasado las distintas empresas regionales que colocan parte de su producción en mercados externos estuvieron a punto de sobrepasar ese límite al cierre de diciembre, cuando acumularon ingresos totales por 9,8 millones de dólares por un volumen comercializado de 22.000 hectolitros.
En este 2010, según las últimas cifras oficiales dadas a conocer por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), entre enero y julio las colocaciones de vinos regionales en el exterior se ubicaron en 7,1 millones de dólares, con un crecimiento del 33% respecto de igual tramo del año anterior, cuando se llegó a 5,3 millones de dólares.
Cuando aún resta contabilizar cinco meses para el cierre de la temporada, la tendencia indica claramente que ese tope "virtual" de ventas de 10 millones de dólares será sobrepasado sin mayores sobresaltos.
El dato no deja de ser una buena noticia para las firmas del sector que operan en la región, que han debido sortear diversos inconvenientes en materia productiva y de comercialización en los últimos años, algunos de los cuales todavía se mantienen. Por un lado, la imposibilidad de acceder a financiamiento a tasas razonables, lo que pone trabas a la modernización y el dinamismo productivo que el mercado requiere. A ello debe sumarse el incremento de los costos en la mano de obra y en los insumos, en el marco de un mercado cada vez más competitivo que impide trasladar dichos aumentos al precio final del producto, desfinanciando aún más el sector.
Pese a estos escollos, las distintas empresas vitivinícolas locales orientadas a la exportación van forjando un futuro que se consolida con el paso de los años.
Es apropiado recordar que hace menos de una década la tradición exportadora regional estaba representada solamente por la centenaria Bodega Humberto Canale, hasta que los emprendimientos encarados en San Patricio del Chañar comenzaron a dar sus primeros pasos en la materia.
Hoy este andamiaje productivo ideado hace unos pocos años en Neuquén está dando pasos más fuertes, para colocar a la región patagónica en un lugar aún más destacado en el mapa vinícola nacional.