La región mira a Europa con grandes expectativas.
Por un lado, se confirmó la caída de cosecha. En peras las mermas para este año tocaron el 20% en relación a los volúmenes consolidados durante la temporada pasada. En manzanas, por su parte, la caída fue del 10%.
Las estadísticas muestran asimismo sensibles bajas en los niveles de stocks entre la presente y pasada temporada. Esto podría permitir, de mantenerse firme la demanda, tener los mercados europeos algo más libre de pomáceas cuando comience a llegar la fruta desde el hemisferio sur.
La paridad cambiaria que presenta el euro, de mantenerse en los actuales niveles, es otra de las variables que va a impactar en forma positiva sobre las exportaciones regionales hacia los mercados del viejo continente. Por cada euro que se venda de fruta en destino, más dólares ingresarán a la región. Pero sostener un "súper euro" en el mercado europeo, puede tener efectos colaterales negativos para el comercio de frutas.
En Europa, si bien el sistema financiero pareciera que esta saliendo de la última crisis pos Lehman, la industria y la producción ven como un nuevo "lastre" sostener un euro cercano a los 1,40 dólares por unidad. Esto se refleja en los masivos despidos que se siguen manifestando entre las principales empresas del viejo continente. Un euro en estos valores quita competitividad a las exportaciones europeas y lesiona el comercio interno de los países comunitarios.
Por lo tanto habrá que esperar una demanda "contenida" en el mercado a lo que hay que sumarle que muchos países del hemisferio sus intentarán aumentar sus envíos hacia este destino en busca de aprovechar las oportunidades del súper euro.
(Redacción Central)