La inesperada desaparición del Ingeniero Agrónomo Alberto García ha golpeado con dureza a todos quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y valorarlo como ser humano y como profesional en la región.
En el primer aspecto, su vida deja una huella difícil de olvidar. Se caracterizó por un gran compromiso social y, como profesional, basta recordar su invalorable trabajo bajo la órbita del INTA con los programas Prohuerta como también su dedicación a revalorar la importancia fundamental de la polinización en los árboles frutales. En este aspecto debemos agregar la publicación de varios trabajos realizados por el tratando de imponer una práctica que lamentablemente no todos los productores ni los profesionales han sabido asumir con la responsabilidad necesaria.
nació y creció en la región del Alto Valle. Su título profesional lo obtuvo de la Universidad Nacional del Sur.
En cuento a su vida de trabajo y su apego a participar en actividades comunitarias, estas quedarán como un ejemplo de su conducta y como el recuerdo de su compromiso con la sociedad. El sector de la producción pierde a un invalorable profesional y hombre de bien. (E.K.)