Argentina está perdiendo un momento único, de grandes oportunidades presentes y futuras a nivel internacional, y en este sentido no se puede dejar de reconocer que se está incumpliendo con la responsabilidad que tiene no solamente con su pueblo sino con el mundo también".

Éstas fueron las palabras que se escucharon y con las que acordó la mayoría de los expertos en producción ganadera que estuvieron presentes en el 18º Congreso Mundial de la Carne, que se tituló "Carne para un mundo sustentable".

Buenos Aires fue sede del evento internacional que realiza cada dos años la Oficina Permanente Internacional de la Carne (OPIC-IMS). El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) fue el organizador local de este encuentro, que se llevó a cabo los días 27 y 28 pasados, en las instalaciones del predio de la Rural. A pesar de la difícil situación por la que está atravesando la actividad, este congreso intentó mostrar así la voluntad del sector de fortalecer la industria de la carne argentina.

El encuentro estuvo cargado de optimismo respecto de las condiciones internacionales para la producción de carnes, tanto vacuna como porcina y de aves de corral, ya que todos los panelistas destacaron las estimaciones realizadas por la Organización de las Nacionales Unidas para la Alimentación (FAO) que sostiene que en el año 2050 se proyecta una población mundial de 9.000 millones de personas, lo que representará un importante crecimiento de la demanda de proteínas animales.

Para satisfacer esta creciente demanda que se espera en los próximos 40 años, la producción de alimentos debería duplicarse y es aquí donde surgen las oportunidades, especialmente para los países en desarrollo proveedores de alimentos y materias primas al mundo, para posicionarse estratégicamente y obtener ventajas en este nuevo escenario de comercio internacional.

La apertura del evento que tuvo lugar el martes pasado fue presidida por el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Lorenzo Basso, quien se destacó por su pobre participación y su escasos aportes a la discusión que se pretendía abrir.

Así, ausente de la problemática por la que atraviesa el sector agropecuario e ignorando incluso las políticas oficiales, sin siquiera defenderlas, el funcionario sostuvo que "vamos a incrementar la producción de alimentos en los próximos años y, si mantenemos el consumo de carne, vamos a incrementar los saldos exportables. Pero el problema no es sólo tener más vientres sino tener más eficiencia".

Las perspectivas

Más allá de la coyuntura por la que está atravesando el Primer Mundo, Richard Brown, director de la firma suiza en investigación en alimentos y consultoría GIRA, destacó que la situación está mejorando considerablemente en aquellos países en lo que va del 2010 y que esperan que siga el mismo rumbo. Destacó que a pesar de que actualmente se vive un período de incertidumbre -sobre todo en lo referente a los problemas en los países europeos- para el 2020 se estima un fuerte impulso en la industria cárnica, tanto para la carne vacuna como para la porcina y la de aves de corral. Y destacó que los países BRIC -Brasil, Rusia, India y China- se están convirtiendo en los grandes exponentes de los cambio que se están sucediendo.

Brown agregó que en el contexto mundial los países sudamericanos, especialmente Brasil, serán los ganadores de este comercio por su gran potencial en el cultivo de soja y la producción de carne, siempre que sepan aprovechar la oportunidad.

En el caso particular de Brasil, este país comenzó hace varios años atrás a fomentar la producción de carne vacuna y hoy es uno de los grandes consumidores y exportadores del mundo, que sigue implementando nuevas tecnologías a la producción bovina.

El consumo mundial de carne vacuna se estima que crecerá en todos los mercados en las próximas décadas, especialmente en los países en desarrollo como resultado del aumento de los ingresos reales de las clases sociales más bajas y del mejoramiento en la distribución del ingreso a niveles globales, poten- ciado por el aumento del consumo de la población china.

Según las proyecciones presentadas por Héctor M. Salamanco, director ejecutivo del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas, para el 2019 se tendrá un agregado en la demanda mundial, comparada con la producción mundial del año 2007/2009 -6,6 millones de toneladas en el comercio internacional de carnes bovinas-, de 1,5 millones de toneladas para todo el mundo. Lo relevante de estas estimaciones es que de estos 1,5 millones de toneladas, el 76% va a ser demandado por países en desarrollo y sólo el resto por naciones desarrolladas. Por otra parte, las estimaciones presentadas también prevén una proporción parecida en los principales productores que van a responder a este aumento: el 60% va a ser atendido por los países en desarrollo, los principales beneficiarios de este crecimiento.

A pesar de estas perspectivas, Guillermo Nielsen -ex embajador de la República Argentina en Alemania- piensa que este producto a nivel mundial tenderá a convertirse en el largo plazo en un bien de lujo, exclusivo, pronóstico que también fue compartido por otros panelistas (ver recuadro).

Respecto del precio de la carne vacuna, este producto seguiría con las tendencias alcistas actuales al menos en el mediano plazo, estimaron los expertos, destacando la menor producción registrada en Australia y Nueva Zelanda, afectados seriamente por la sequía y por el aumento demográfico mundial.

En relación a la carne porcina, los productores mundiales están viendo reducir seriamente su rentabilidad como consecuencia del alza en los precios del maíz a nivel internacional, principal materia prima, acompañado por disminuciones en el precio de venta de esta carne. Los especialistas sin embargo coinciden en que este mercado mundial crecerá, sobre todo debido a la mayor producción y demanda de los distintos países como China, Rusia y Brasil. Europa y EE.UU. seguirán siendo fuertes productores y exportadores de este tipo de carne.

Una oportunidad interesante que las políticas económicas argentinas deberían estimular es el desarrollo del mercado de la carne ovina para la exportación, que también fue tratado en el congreso. Europa es un mercado netamente importador, cuya actividad además de estar declinando no será rentable a largo plazo, según Lars Hoelgaard, director general adjunto de la Dirección General de Desarrollo Agrícola y Rural de la UE. Allí Nueva Zelanda participa en el 88% de las importaciones totales de Europa, mientras que Argentina sólo lo hace en un 2%.

Políticas internas

En el congreso participaron oradores de todas partes del mundo: Europa, Rusia, India, EE.UU., Brasil y Argentina. La mayoría de las ponencias destacaron que las políticas que desincentivan la actividad agropecuaria en la Argentina deben ser revisadas de modo de permitir la recomposición de la actividad, para salir al mundo con carne de primera calidad y de esta forma volver a los mercados que estamos perdiendo y que otras economías, como Brasil, Chile, Nueva Zelanda y Australia, están supliendo por el faltante de nuestra carne en los mercados internacionales.

Pero lo que resaltó de las exposiciones de los especialistas europeos y norteamericanos fueron las ideas liberales que vinieron a transmitir: "Las políticas proteccionistas de Argentina, incluso sobre las retenciones a las exportaciones de soja y sobre la carne, como política de sustitución de importaciones, son medidas que no están en el espíritu de un comercio libre ni son conforme a la OMC", afirmó Lars en la conferencia de prensa que prestó luego de su exposición. Sostuvo que este tipo de políticas tienen un efecto negativo, en particular para los países en desarrollo, proveedores de alimentos. Sin embargo destacó: "Nosotros en la Comunidad Europea no vamos a tomar medidas; aunque algunos estaban sugiriendo respecto de tomar restricciones a las exportaciones hacia la comunidad, eso no lo vamos a hacer". En el mismo sentido, para Brown las políticas agrícolas de cualquier país deben alentar la producción y el comercio. Sin embargo sostuvo que el proteccionismo es uno de los mayores límites para lograrlo y, en este sentido, la búsqueda de una economía sustentable es el patrón común a todos los países en el comercio global.

Participación argentina en los mercados de alta calidad

Guillermo Nielsen es licenciado en Economía y fue embajador de la República Argentina en Alemania desde el año 2007 hasta julio pasado. Participó del congreso con el título "La economía mundial y los mercados en los próximos años". Sostiene que para resolver la crisis del sector agropecuario argentino hay que redefinir las relaciones a lo largo de la cadena, en función de los intereses más importantes que se definen para el país. En la medida en que la ecuación política argentina permita dar la resolución constructiva a esto, Nielsen afirma que todavía hay mucho recorrido para los cortes de alta calidad argentinos no sólo en Alemania sino en el mundo.

-Con respecto al gusto del consumidor alemán de la carne argentina, ¿cuáles son los cortes que hoy por hoy se están prefiriendo?

-El corte preferido es el bife de chorizo, bife ancho y cuadril. Hay alguna importación de las cadenas de parrillas como para tener algo diferente, como la tapa de cuadril. Pero lo que más se trabaja es el bife ancho.
-¿Esta carne está llegando con facilidad a Alemania?

-Nuestra carne es un producto muy importante en el mercado alemán y creo que lo va a seguir siendo, aunque es bastante conocida en los últimos años la dificultad del abastecimiento de cortes de alta calidad a los mercados tradicionales como Alemania. Esto es un dato real, lo normal en Alemania es haber ido al supermercado y que siempre haya cortes de carne vacuna argentina y esto cambió mucho en el último año, año y medio. Fue un problema muy serio. El problema mayor lo tuvieron los clientes que podemos llamar tradicionales: las cadenas de churrasquerías, los hoteles, todos creo que salieron precipitadamente a buscar reemplazos de carne de alta calidad. Y con distintos grados de satisfacción, hubo un cambio en el abastecimiento a favor a productores pequeños que no terminan de satisfacer esa demanda excedente que quedó a consecuencia del retiro argentino. Por ejemplo, el Aberdeen Angus de Nueva Zelanda tuvo su apogeo en estos meses pasados, la cuota Hilton chilena también fue muy apreciada. Chile es un productor pequeño, pero es de clima templado y con calidades bastante buenas. Y hubo también descubrimientos de nichos de carne de alta calidad, en Galicia por ejemplo. Allí hay una producción pequeña de carne de calidad. Entonces lo que ha sucedido es que la ausencia de oferta argentina, hasta un cierto punto y no totalmente, fue suplida con otras pequeñas producciones regionales, que tienen su calidad, que no es la carne tradicional argenti-na que es la que ha hecho crecer el mercado de las churrasquerías en Alemania.

-¿Las medidas restrictivas argentinas no están colaborando para que otros mercados empiecen a sustituir nuestra carne?

-Sí, el mercado funciona así.

-¿Cómo lo viven los importadores el hecho de que de pronto Argentina es un proveedor importante de Europa, y de Alemania en particular, y de pronto se corta la importación? ¿Cómo se maneja eso a nivel oficial?

-Las situaciones que yo acabo de describir no son situaciones cómodas, pero dependen de decisiones de política tomadas en Argentina. Es poco lo que puede resolver la diplomacia allá en este sentido. Los mercado resuelven de la forma que yo acabo de describir. Pero desde el punto de vista diplomático no hay mucho para hacer. Ésta fue la primera vez que Argentina no cumplió con la cuota Hilton. Y eso que la presencia de la carne argentina en Europa es muy fuerte.

-¿Usted cree que estos congresos sirven para torcer las políticas que se están llevando a cabo aquí en Argentina?

-No creo que torcer sea la palabra adecuada, yo creo que estos congresos sirven para que haya conocimiento más preciso de las implicancias de las distintas medidas de política económica. Para que haya un conocimiento más parecido a los mercados. Y eso en sí mismo siempre ayuda a mejorar la calidad de las políticas económicas.
 

CAROLINA ZILVESTEIN