usia es uno de los mercados más importantes para las exportaciones de frutas del Valle.
En la pasada temporada, hacia ese destino se orientaron algo más de 120.000 toneladas de peras y manzanas, representando cerca del 30% del total de la oferta exportable.
Hasta el 2008, Argentina no tenía competencia en el mercado ruso de pomáceas provenientes del hemisferio sur. Pero a partir del año pasado, el escenario cambió y Chile pasó a ser un importante jugador, especialmente en el caso de las manzanas.
Un reciente trabajo realizado por la consultora trasandina SimFruit destaca que hasta la semana 38 de este año los envíos de manzanas chilenas al mercado ruso alcanzaron las 38.607 toneladas, frente a las 30.643 toneladas embarcadas en el 2009. Y en peras la situación es similar: a igual fecha del 2010 se exportaron 4.560 toneladas, cifra que superó las 3.851 toneladas del año pasado.
Pero eso no es todo. Dos de las principales firmas importadoras rusas salieron esta semana a rescatar las diferencias de la manzana chilena respecto de la argentina.
Tatyana Novikova, gerente de Compras de Nevskaya Co, explica que, particularmente, "las manzanas chilenas son reconocidas por el importador ruso. Los distribuidores conocen bien las diferencias entre la manzana chilena y la argentina. Y claramente que la diferencia es a favor de las manzanas de Chile".
No obstante, "la pera chilena es más bien un producto que sigue a la pera argentina. La pera argentina es líder en el mercado ruso", agrega Novikova, lo que explicaría los menores volúmenes chilenos frente a las manzanas de igual origen.
"Los distribuidores, con interés, distinguen y buscan la manzana chilena, dado que piensan que es mejor y, por lo general tiene una mejor vida poscosecha y almacenamiento", señala Dmitry Gerasimov, gerente de Importaciones de Frutas de Latinoamérica JFC Company, quien por otro lado concuerda con que "los consumidores se han acostumbrado a comprar la pera argentina y, probablemente, esto no cambiará a futuro".
La fruta chilena con destino a Rusia actualmente goza de una muy buena calidad -a diferencia de años anteriores, cuando la calidad de las manzanas y peras enviadas a este mercado era relativamente inferior dentro de lo exportado a Europa-, con la industria siendo cada vez más exigente al respecto, impulsando el posicionamiento frente a los consumidores rusos.