Desde hace varios trimestres, el principal (o único) instrumento de estabilización es el "ancla cambiaria". Esto deteriora la rentabilidad de actividades exportables, como la frutícola, aunque el impacto no es homogéneo en el país.
Al agrupar productos muy heterogéneos, muy posiblemente hayan unos que logren conseguir precios más altos que neutralicen el dólar barato y otros no. Así, habrá regiones argentinas.
Cuando se habla de agro en Argentina, se lo identifica con la región pampeana, destacándose los cereales y la soja. Su última cosecha fue tan buena que sirvió para explicar la mitad de la recuperación de la economía argentina durante la primera mitad de este año.
Dejando de lado la región pampeana, se puede decir que existe "otro agro" en el país, vinculado con frutas, hortalizas, legumbres, y otros cultivos como té, tabaco y caña de azúcar. Una parte de su producción es industrializada. La caña se convierte en azúcar y la uva, en vino.
Este "otro agro", incluyendo lo industrializado, aporta un 7% a las exportaciones pero es muy significativo en varias regiones del país. Es del 41% en Cuyo, 39% en Río Negro y Neuquén, 36% en el Noroeste Argentino (NOA) y 30% en el Noreste Argentino (NEA).
Como es sabido, en la Patagonia Norte es altísimo el porcentaje de las frutas frescas (manzanas y peras). En Cuyo, lo que más fuerza tiene es el vino y también otras frutas procesadas (como las ciruelas secas y los duraznos preparados). La pregunta es si han conseguido estas regiones mejores precios internacionales, necesarios para compensar el dólar barato.
En el 2000, año predevaluación, los precios internacionales estaban relativamente deprimidos. Luego de diez años, los precios han variado heterogéneamente. En este sentido se pueden observar tres grupos de productos. Uno, que tiene un solo integrante, que es el aceite de oliva, cuyo actual precio internacional está muy por debajo del vigente hace cuatro años; esto afecta principalmente a provincias como La Rioja, San Juan y Mendoza.
Otro grupo, que enfrenta una situación más holgada, con precios muy por encima del 2006, como azúcar, tabaco y té, productos del NOA y el NEA. El tercer grupo es el que anda con precios similares en dólares, como manzanas, peras y vinos. En este caso, que estén a precios similares al 2006, no resulta una buena noticia sabiendo que el dólar ha venido perdiendo valor en los últimos años. Para el caso de las peras en particular, en este año las ventas externas de un mismo volumen de fruta rinden un 25% menos que hace cuatro años. Aunque algo mejoró su precio en dólares, el dólar más barato implica que el exportador de peras ganó mucho menos.
En general, la situación es mejor a la del 2000 (período de dólar barato y precios internacionales deprimidos), pero en los últimos años se ha deteriorado notoriamente la rentabilidad de varios de estos productos del "otro agro". Las frutas frescas, principalmente manzanas y peras, son las más afectadas.
Para concluir, en el "otro agro", no todos los productos han conseguido el salvavidas de mayores precios internacionales. Si el dólar se mantiene barato por un tiempo más, y sin salvavidas, el panorama resultará poco alentador para varias regiones.
(Fuente: Ieral, de Fundación Mediterránea)