Quien hubiera dicho hace una par de décadas atrás que Brasil iba no sólo a desplazar sino también a superar al Valle de Río Negro y Neuquén en un destino clave para la manzana: Europa.
A principios de los 80 nuestro principal socio del Mercosur estaba finalizando la fase experimental que iba a poner en marcha la masiva plantación de manzanas en el sur de ese país.
Casi treinta años después, Brasil está produciendo alrededor de un millón de toneladas que se destinan principalmente a abastecer su mercado interno y, en menor medida, se orienta a la exportación.
Al cierre del primer semestre del año, las exportaciones de manzanas brasileñas hacia Europa habían superado las 67.000 toneladas, convirtiéndose en el segundo país del hemisferio sur -volumen- en abastecer las góndolas del Viejo Continente.
El Valle de Río Negro y Neuquén, en este mismo período, colocó en ese mercado algo más de 46.000 toneladas.
No es una muy buena señal para nuestra región.
La participación de las manzanas argentinas en este mercado tan competitivo está cediendo posiciones en forma progresiva.
Chile es el primer gran oferente de esta especie en Europa. Datos del sector privado muestran que en este primer semestre del año lleva colocadas más de 145.000 toneladas de manzanas, más del doble de lo vendido por la Argentina en el mismo período. Y en este dato no hay que dejar de tener en cuenta el terrible terremoto que azotó las principales zonas productivas del país trasandino y que afectó parte de su oferta exportable.
Sudáfrica también se ubicó por arriba de nuestra región: 62.000 toneladas.
(Redacción Central)