El derrumbe de la industria del kiwi en 1992 es, hasta ahora, uno de los peores terremotos que recuerde la fruticultura chilena. Ese año el sobrestock mundial dejó los precios por el suelo y más de un tercio de las 12.000 hectáreas que tenía el vecino país fueron arrancadas. Hoy el kiwi ha recuperado terreno. "El año pasado, el retorno por kilo bajó de 70 a 30 centavos porque los europeos, que consumen el 70% de nuestros envíos, compraron menos y porque el euro se desvalorizó con la crisis", explica Oscar Villegas, gerente de la división kiwi de Subsole. Pero lo que preocupa a los productores es el aumento de las plantaciones: en los próximos seis años las exportaciones aumentarán de 190 a 300 millones de kilos, lo que podría generar una sobreoferta como la de 1992. Para evitarlo la industria se plantea cambios.