Muchos son los interrogantes que plantea Roberto Gregori, presidente de la empresa Moño Azul, cuando es consultado sobre la evolución que muestra la temporada. Señala como grave la crisis financiera que está afectando toda la Eurozona. "Las presiones del euro en el mercado son muy importantes, ya que actúan como disparador de cambios estructurales en el sistema. Yo creo que esto no termina aquí... y las monedas ligadas a nuestra oferta exportable podrían profundizar su caída", destacó con preocupación el empresario regional.

-¿Cómo ve el escenario internacional para la fruticultura?

-Muy cambiante. Esta nueva crisis en la Eurozona puede complicarnos y mucho. Va a golpear en el resto de las monedas. El problema es que no sabemos cuál sea el piso de esta crisis.

-Y en relación a los precios, ¿cómo estamos?

-Las cotizaciones en destino se están mostrando positivas. Todavía no se ven signos que muestren una retracción masiva en la demanda de frutas. Todo sigue lento, pero la salida se mantiene.

-¿Cierran los retornos que está dejando la fruta para la región?

-Los retornos son mayores a los de la temporada anterior. Pero tenemos dos inconvenientes: los costos, que siguen subiendo en forma desproporcional, y las mermas que en algunos casos no compensan estas subas de precios.

-¿Cómo termina la temporada para ultramar?

-En el actual contexto, vemos un final complicado. Como dije antes, si bien la fruta sale, hay mucho por vender y hay señales que preocupan.

-¿Cómo cuales?

-La volatilidad que están mostrando las monedas es una. La otra: se empieza a ver fruta del norte de Europa que está siendo reorientada al Mediterráneo para ser vendida. Una mala señal para los mercados.