Con sus características especiales de rojo morado muy intenso, con aromas de frutos rojos y negros maduros y especiados, el Tannat ha abierto las puertas a la exportación de vinos uruguayos, como el Malbec a los argentinos y el Carmenere a los chilenos.
Según cifras del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi), en el 2004 se exportaron más de 1,2 millones de litros con una facturación de casi u$s 3,3 millones. En el 2008 se llegó a más de 13,4 millones de litros con una facturación superior a los 10,6 millones.
En el 2009, la crisis se notó en las exportaciones y se colocaron poco más de 2 millones de litros con una facturación de casi u$s 6 millones.
Uruguay, el cuarto productor de vinos de Sudamérica, ha registrado un aumento sostenido de sus ventas al exterior, sin contar el 2009, cuando sufrió un fuerte descenso en las exportaciones atribuido a la situación económica mundial. Aun así, y más allá del posicionamiento de Uruguay como productor de vinos de cali-dad, el país tiene "desventajas comparati-vas y desventajas de escala", dijo el enó- logo Ricardo Calvo, presidente del Inavi.
Es que Uruguay, con un total de 8.200 hectáreas de vides, no puede competir con cantidad sino sólo con calidad. La bodega chilena Concha y Toro posee, ella sola, esa extensión y su producción es casi dos veces la de todo Uruguay.
"La desventaja es el costo de producción y eso nos perjudica en los precios finales", dijo Virginia Stagnari, y explicó que las vides necesitan más tratamiento en su sistema de conducción por el clima inestable. Eso afecta a las bodegas uruguayas, incluso en el mercado interno, donde los vinos chilenos o argentinos son más baratos. (AFP)