Rusia lanzó esta semana una dura advertencia al gobierno, al afirmar que buscará nuevos proveedores de carne si la Argentina sigue con su política de restringir las exportaciones bovinas. "El gobierno argentino está poniendo trabas a las exportaciones de carne a Rusia. En una economía de mercado, las importaciones no pueden depender de decisiones gubernamentales. Si hay restricciones, Rusia se ve obligado a buscar otros mercados", afirmó Serguey Dankvert, director del Servicio Federal para el Control Veterinario y Fitosanitario. La advertencia, corta y filosa, quebrantó el clima cordial que hasta ese momento había reinado durante un encuentro, que con contó con la presencia del presidente de Rusia, Dmitri Medvedev, y el canciller argentino, Jorge Taiana.
Con un pasivo de más de u$s 55 millones, irreverssible en las condiciones actuales de producción y mercado, y al borde de quebrar la cadena de pagos por los insumos que adquiere -entre ellos la leche-, la tradicional láctea argentina Milkaut busca desesperadamente un comprador. La firma nacida de la asociación de productores y controlada por la Asociación Unión Tamberos (UAT) tiene media docena de compradores potenciales, según dice el mercado, pero con números delicados es difícil conocer el grado de interés de los postulantes y las condiciones de la venta. El pasivo de la firma Milkaut se debe a una deuda contraída hace quince años con la Corporación Financiera Internacional (CFI).