En 2010 pleno de desafíos le espera a la vitivinicultura regional, que por estos días define estrategias para no perder terreno en el mercado mundial.
Las variables que hoy danzan en la memoria de productores y exportadores son diversas y hay para todos los gustos. Aparecen cuestiones inmediatas, como la marcha de la cosecha y los imponderables climáticos en los que la mano del hombre poco puede hacer, pero también hay que buscar definiciones en los planteos que propone el perfil económico de la temporada, que arrastra viejas problemáticas como el creciente nivel de los costos de mano de obra e insumos.
"Río Negro" consultó a referentes del sector vitivinícola regional sobre sus pronósticos para este año.
Respecto de la cosecha, Lucas Nemesio, socio y managing director de bodega NQN, indicó que la actual temporada "comenzó con un retraso de unos 10 días respecto del año anterior pero cumple hasta el momento con todas las expectativas que teníamos en volumen y sobre todo en calidad. Estamos entrando en plena producción este año y hoy se pueden apreciar los resultados de las decisiones tomadas durante todos estos años, donde nuestro objetivo fue equilibrar y homogeneizar el viñedo siempre con el fin de obtener materia prima para elaborar vinos de la más alta calidad".
En igual sentido se manifestó Pedro Soraire, director de Bodega del Fin del Mundo, quien sostuvo que "tanto la cantidad como la calidad son excelentes y están alineadas con lo presupuestado".
Si hay algo que caracteriza a ambos empresarios de las cada vez más afianzadas bodegas neuquinas es su optimismo de cara al futuro.
Consultado sobre las expectativas de comercialización para este año, Nemesio dijo: "hemos crecido en el mercado interno y en el externo de manera sostenible y esperamos para este año exportar un 50% de nuestros productos al exterior. El crecimiento esperado en el mercado doméstico es de un 20%. La demanda de vinos de NQN sigue creciendo en base al posicionamiento logrado y a un trabajo comercial enfocado en los mercados de mayor importancia, razón por la cual esperamos llegar a 1.000.000 de botellas vendidas en el 2010".
A su turno, Socaire destacó que "las expectativas son positivas, seguir posicionando nuestros productos en el mercado local y ampliar nuestra cartera de importadores en Comex. Bodega Del Fin del Mundo crecerá casi un 30% con respecto al 2009".
Otra de las preocupaciones que rodean al sector vitivinícola en la actualidad tiene que ver con los stocks de producto disponibles.
Ya el año pasado se hizo necesario comprar vino a granel en Chile para la elaboración de caldos nacionales. Todo indica que esta temporada dicha situación se repetirá, aunque resta saber si los productores trasandinos están en condiciones de abastecer los requerimientos de este lado de la cordillera.
Esta situación no es ajena a la realidad que enfrentan los emprendimientos locales. Para Bodega del Fin del Mundo (BDFM) "el mercado en general, incluyéndonos, va a sufrir falta de vino y sobre todo de los productos de mayor rotación".
En NQN sostienen que "el stock de vinos en la región es limitado y condiciona el crecimiento, y más aún cuando la demanda supera la capacidad propia para abastecerla. NQN siempre elaboró vinos con producción propia. Nuestro business plan 2010 contempla planificadamente la provisión de vinos para el mercado interno y externo para evitar los quiebres de stock".
Como se aclaró, la producción vitivinícola no está exenta de imprevistos, sobre todo los que plantea la naturaleza.
Uno de ellos lo sufrió recientemente Chile con el terremoto que afectó gran parte de la zona central de ese país. Con pérdidas estimadas en 430 millones de dólares, un hecho de este tenor generará consecuencias en el mercado.
Para Lucas Nemesio "esta tragedia sufrida por la industria de nuestro vecino país nos permitirá acelerar el crecimiento de los vinos argentinos en aquellos mercados donde somos una opción junto a otros vinos del Nuevo Mundo".
En palabras del director de BDFM, "los terremotos de Chile agravan fuertemente el problema de la falta de stock, el aumento del precio del kilo de uva y el vino a granel".
¿Cuál será el impacto real de esta situación en la comercialización? En NQN estiman que "el mercado es el que manda y la oferta es mucha a nivel nacional e internacional. Tal vez una consecuencia favorable pueda ser una disminución de la venta en volumen pero con incremento en valor, debido a que las bodegas harán foco en la producción de vinos de mayor calidad y valor agregado".
El concepto es compartido por Pedro Soraire, para quien "independientemente de la actualización de precios por inflación los precios van a subir para adecuarse a este nuevo escenario".
El día a día de las bodegas que operan en la región demanda una fuerte dosis de energía para mantener todas las variables bajo control.
Pero también hay que planificar el futuro, buscar nuevos mercados y aguzar el ingenio para ser más competitivos y no quedar atrás en esta extenuante carrera por el éxito.
¿Adónde apuntan los emprendimientos neuquinos? Hay coincidencias: "Para el estilo y la calidad de nuestros vinos hoy el mercado más importante es Estados Unidos y lo será por mucho tiempo. Brasil es un mercado en donde hemos crecido y el vino argentino está en su máximo esplendor. Mercados como Canadá, UK y países nórdicos son interesantes, pero debemos seguir trabajando para posicionarnos como país productor de vinos de alta calidad", dicen en NQN.
Para BDFM "los mercados clave para los vinos argentinos son Canadá y Estados Unidos, principalmente. Y, a futuro, Asia".
El aspecto financiero es otra cuestión que genera dolores de cabeza a los empresarios locales. Y también aquí hay coincidencias.
Para Nemesio, "el aumento de costos por inflación, la falta de financiamiento y aquellas trabas comerciales que están sufriendo los vinos argentinos en algunos mercados serán escollos que deberemos sortear en el futuro".
Soraire, en tanto, sostiene que el aumento de costos y el reposicionamiento de precios aparecen como los principales inconvenientes que deberá enfrentar la industria durante este año.
Dentro de la variable costos, ambos directivos apuntaron al incremento de la mano de obra como uno de los más preocupantes y a su vez de difícil resolución. Para esta variable en particular se mencionó un alza de entre el 25 y el 30% durante esta temporada. A ello debe sumarse el valor creciente de los insumos secos, que treparon alrededor de un 15% respecto del año pasado.
El alza de costos plantea un nuevo dilema para los bodegueros, ya que deben definir cómo manejar dicho incremento sin perjudicar el nivel de consumo ni las finanzas de las bodegas. En NQN sostienen que "el precio retail es el que marca la pauta para poder decidir cómo, cuándo y quién absorbe esos mayores costos. No todos los productos lo soportan y hay mercados muy sensibles; por ende es la empresa la que se ve forzada a ajustar en otros sectores o disminuir su inversión".
Por último, en BDFM estiman como "inevitable el traslado de un porcentaje de los aumentos al precio final de los productos".
Mercados en la mira
EE. UU. y Canadá, en la actualidad, y los mercados de Asia, a futuro, aparecen en el horizonte exportador de los empresarios argentinos como la apuesta más fuerte para la comercialización de los caldos nacionales. Según publicó Área del Vino, en el 2009 el valor de las importaciones de vino fraccionado de EE. UU. se ubicó en 3.282 millones de dólares, con una caída del 13,5% respecto del 2008. De los diez principales países proveedores de vino fraccionado de ese destino sólo tres crecieron en el valor importado en dicho período. El que más lo hizo fue Argentina, un 23,6%: pasó de 163 millones de dólares en el 2008 a 202 millones en el 2009.
El valor de las importaciones de vino fraccionado de Canadá, en tanto, fue de 1.322 millones de dólares en el 2009 y cayó un 5% con respecto al 2008. Francia fue el principal proveedor, con una participación del 23%. De los diez principales países proveedores de vino fraccionado a Canadá, sólo Argentina, España, Portugal y Sudáfrica crecieron en el monto importado. Las importaciones de vino argentino fueron las que más aumentaron, al pasar de 54 millones de dólares en el 2008 a 81 millones el año pasado.
El interés en el mercado asiático se apuntala en los pronósticos que se manejan para dicho destino. China podría convertirse en el séptimo mayor consumidor de vino del mundo en el 2013. Según un estudio de Vinexpo este país consumirá alrededor de 1,26 mil millones de botellas de vino en el 2013, un aumento del 32% a partir del 2009.