Con la segunda pasada ya casi finalizada, todo indica que mucha fruta quedará en las plantas por falta de tamaño. El clima terminó por jugar una muy mala pasada a la fruticultura regional.

Y a esto hay que sumarle el incremento de costos que esto significa. "Esta semana (por la pasada) un cosechador está sacando entre dos y tres bines por día, menos de la mitad de lo que cosecha tradicionalmente un trabajador. Esto sin dudas repercutirá de lleno en uno de los costos clave para nosotros", aseguró el jueves un productor que tiene algo más de 130.000 kilos de Williams para cosechar.

En definitiva, si este esquema de trabajo se mantiene, los costos de cosecha de la Williams llegarían en algunos casos a duplicarse respecto del año anterior.

Las empresas, en general, están exigiendo pera de buen calibre para ingresar en los galpones de empaque, pero ésta se encuentra en muy bajas proporciones en los cuadros de las chacras pese a lo avanzado de la temporada para esta variedad. De ahí que algunas exportadoras tomaran la decisión de bajar los calibres exigidos para poder completar las cargas de los barcos en el muelle y así cumplir con los compromisos externos en tiempo y forma.

La Williams es la fruta argentina que más demanda tiene de los operadores externos. La calidad y el calibre del fruto marcan la diferencia entre la pera argentina y la del resto de los países competidores. Pero hoy esta ventaja competitiva no estará presente como en años anteriores.