Aunque hay varios proyectos del Prosap en la provincia del Neuquén (que ascienden a 110 millones de dólares) el énfasis de parte de los funcionarios nacionales estuvo puesto en los cuatro avanzados de electrificación rural y en el desarrollo de los sistemas de riego, dos temas eje de la convocatoria en Paraná.

El subsecretario de Desarrollo Económico de Neuquén, Javier van Houtte, fue uno de los principales expositores; planteó como una de las metas de su gestión "el cambio en la matriz productiva desde la actividad hidrocarburífera (de recursos no renovables) hacia la agroindustria (agricultura, horticultura, acuicultura, apicultura, forestación, infotecnología)" y subrayó la puesta en marcha en la provincia de programas plurianuales, así como la sanción de la ley 2669, que le da un andamiaje legal al plan productivo.

Van Houtte, ingeniero agrónomo de profesión, destacó la importancia que tiene el trabajo con el Prosap dentro del presupuesto provincial. Entre los emprendimientos más avanzados se mencionaron los 1.200 kilómetros que abarcan Aluminé, Huiliches, Loncopué, Minas y Catan Lil y que benefician a pequeñas empresas (unos 800 establecimientos) y a comunidades indígenas y, en materia de riego, los trabajos avanzados en Añelo y El Chañar, además del proyecto para la cuenca del Limay que se está por formular.

El funcionario neuquino también hizo alusión, en el marco de los proyectos con el Prosap, a la mejora de viveros, el diseño de planes para combatir el fuego, los mataderos para las cadenas ganaderas y los trabajos en el fortalecimiento institucional que se realizan en el ministerio.

Río Negro y una palabra difícil

Definidos como "encadenamientos productivos regionales", la estrella de los programas con el Prosap de Río Negro son los clusters.

"Hace tres años comenzamos con la experiencia de unir a grupos de empresas con universidades, entidades, cámaras empresarias, etcétera, y desde comienzos del 2009 trabajamos con el Prosap en los programas clusters", comentó a este cronista el director general de Servicios para el Desarrollo del Ministerio de Producción rionegrino, Adrián Núñez, presente en el evento.

El funcionario deslizó que la producción de un territorio compite con la de otro e incluso con el exterior (la manzana, con Mendoza, Chile y Sudáfrica), por ello es necesario complementarse lo mejor posible. Las peras y las manzanas integran un sector complejo y con el Prosap, más el aporte de la Universidad del Comahue, el INTA y actores del sector, se está trabajando en un plan de innovación en la pera Williams, en técnicas de cultivo para que los frutos sean más grandes. En los próximos meses saldrá un manual sobre ese tipo de pera, indicó Núñez.

Añadió que se trata de proyectos muy difíciles de implementar para los empresarios en forma aislada, como la adquisición de conocimientos para combatir el asoleado, problema que deja la manzana amarilla y la lleva a descarte, en lo que se está avanzando, así como en el control de heladas. Unas veinte empresas de Bariloche trabajan con las del Alto Valle para testear la marcha de los cultivos a través de sensores. También se ofrecen cursos de capacitación a quienes trabajan en diversos rubros del agro vinculándolos con las cámaras.

Núñez también se refirió a los clusters de nogales y avellanas (frutos secos) situados en el Alto Valle y el Valle Inferior con el objetivo de exportar en cinco años a Brasil e Italia y al cluster que definió como el más avanzado: el de Bariloche con empresas de tecnología. "Más allá del Invap o Altec, hay firmas más chicas vinculadas con el sector minero o frutícola con un gran potencial de desarrollo", concluyó el funcionario. Pero hay algo más: los programas de supresión de carpocapsa, a los que se destinan 3,2 millones del BID de los 7 millones y medio que cuesta el proceso.