Esta semana llegó a la región un representante del secretario de Comercio Guillermo Moreno para mantener diálogo directo con un grupo de productores previo a la reunión que se realizó ayer entre el controvertido funcionario y los exportadores frutícolas. Ayer, al cierre de esta edición, los empresarios locales continuaban deliberando por una salida a la crisis en las oficinas que Moreno posee en pleno centro de la Capital Federal. El enviado de Moreno a la región tomó nota de los problemas de la actividad y, fundamentalmente, datos sobre liquidaciones que terminaron por debajo de los 0,10 dólares por kilo. La idea era llevarle a Moreno argumentos que sirvieran para presionar a los empresarios regionales de modo que transfirieran mayores recursos hacia el sector productivo.
-¿Cómo piensa hacer Moreno para modificar esta situación? -preguntó un chacarero de Allen al interlocutor porteño-.
-Esto es sencillo: o redistribuyen ellos o lo hacemos nosotros -contestó tajante-.
-¿Van a levantar al 10% las retenciones? -insistió el productor-.
-Si es necesario, llevaremos las retenciones al 25%. La decisión política está tomada... no dudaremos en actuar en la forma que consideremos que es correcta -señaló-.
Pero los productores también tienen sus dudas. Algunos son conscientes de que las propuestas del gobierno son "pan para hoy y hambre para mañana"; levantar las retenciones o presionar con mayores impuestos al sistema no resuelve los problemas de fondo que presenta la actividad.
Por otra parte, tomar recursos de los exportadores para derivar luego al sector primario es una propuesta que genera un sabor agridulce entre los productores. Y no es para menos. Desde el 2003, la actividad frutícola regional transfirió recursos adicionales -a través de las retenciones a las exportaciones- desde el sector privado al público por algo más de 1.000 millones de pesos. De esa cifra a la región llegó poco más del 10% y continúan las trabas para liberar los fondos del PFI que están prometidos y "disponibles" para los productores desde hace ya más de dos años.
En definitiva, los productores saben que subir retenciones y que "el gobierno redistribuya" no es garantía de una mejora para el sector primario. Llovieron las promesas de ayuda oficial y todavía nada de eso llegó a la actividad. El ingreso de un "año electoral" genera más incertidumbre en el actual escenario. El gobierno, ahora en minoría en el Congreso nacional, buscará hacer "caja" por todos los medios disponibles para encarar la reestructuración de su gobierno con miras a las elecciones del 2011.
Las retenciones son parte de este perverso esquema político. No caben dudas de que, en este escenario, Moreno volverá a jugar para el matrimonio Kirchner, no importa el costo que esto tenga para la actividad. (R. C.)