El complejo frutícola regional alcanzará este año un valor comercial de 2.165 millones de dólares pero sólo 212 millones quedarán para los productores primarios, apenas un 9,8% de todos los millones que mueve el negocio.
Así lo confirma un reciente informe elaborado por la Secretaría de Fruticultura de Río Negro que no hace más que reafirmar que el productor es uno de los que reciben menor tajada de todo el andamiaje que mueve la fruta desde la cosecha hasta llegar al consumidor final.
El trabajo, que se puede ver completo en www.fruticultura.gov.ar, concluye además que si se tiene en cuenta el valor FOB, es decir, todo el proceso que atraviesa la fruta hasta llegar al puerto de salida a mercados externos o bien a los distintos centros de comercialización mayorista en el interior del país, la región se queda con 651,8 millones de dólares, lo que representa sólo el 30% del valor total que se obtiene por la venta de fruta al final de la cadena de comercialización.
Queda claro que el sistema comercial que opera en los mercados externo e interno -es decir, los intermediarios- es el que finalmente hace el mejor negocio al finalizar cada temporada. Para graficar la situación basta con decir que este año esta franja del comercio frutícola se alzará con más de 1.500 millones de dólares, lo que representa un ingreso de proporciones considerables mientras muchos productores pequeños y medianos enfrentan una crisis terminal.
El análisis que realiza la Secretaría de Fruticultura para la presente temporada sostiene que el ingreso de 651 millones de dólares para la región muestra una importante reducción del 19,2% respecto de lo ocurrido en el 2008, aunque fue superior en un 2,9% en comparación con la temporada 2007. Esta disminución es atribuida en primer lugar a la devaluación de las monedas en los países compradores, ya que por volúmenes similares ingresó una menor cantidad de dólares. Otra variable que jugó en contra de los ingresos fue la caída en los precios de las manzanas debido a una mayor oferta en los países compradores. También jugaron en contra la retracción en algunos mercados debido a la crisis internacional y el menor volumen de fruta comercializado por los inconvenientes surgidos en la región en la época de cosecha.
Todo esto derivó en un menor ingreso de divisas, a lo que se sumó un fuerte aumento de los costos en dólares que tuvo que enfrentar el sector en su conjunto.