El jueves 6 de agosto se cumplieron 126 años de la inauguración del Instituto Agronómico Veterinario de San-ta Catalina, inicialmente con 17 alumnos. Al año siguiente la inscripción llegó al medio centenar durante la gobernación bonaerense de Dardo Rocha, decisión que inició el perfil técnico que vislumbrara un país de vacas y cereales -principalmente- y dejar muy atrás al hombre nómade dedicado a la caza y la pesca y luego al cultivo de la tierra con esfuerzo corporal, reemplazado después por el animal hasta que apareció la mecanización y la química.
Así la tierra se transformó en una de las mayores manifestaciones que el hombre hoy aprovecha como signo superior de su existencia, sin dejar de recordar, por ejem-plo, que la madera del árbol de la tierra es su cuna y caja mortuoria, ubicándonos en una justificación ideal y filosófica.
La ciencia de la tierra, poco a poco y en la mayor parte de los países, entregó y sigue entregando profesionales agrónomos y también veterinarios, ambas profesiones muy ligadas entre sí y que desde 1959 se recuerdan con los consabidos homenajes.
Posiblemente aplicando el antiguo programa español de estudios aprobado por real decreto de setiembre de 1858, apareció por agosto de 1915 en la colonia La Picasa (Cinco Saltos) el ingeniero agrónomo Juan Barcia Trelles, nacido en 1877 en España, con antecedentes de estudios en la Escuela Práctica de Agricultura de Chesnoy, obteniendo título de perito agrícola y luego en la Facultad de Agronomía de Gembloux, Bélgica, diplomándose de ingeniero agrícola en 1902.
Ingresó laboralmente en el Kalisyndika de Stassfurt, Alemania, como empleado "racional de fertilizantes químicos", empresa que después lo nombró jefe de la sección agrícola en Madrid, oportunidad en que organizó los Centros de Estaciones Experimentales, tema contemplado como "atribuciones del cuerpo de ingenieros agró- nomos" español y que aplicaría inicialmente en la famosa estación experimental saltense. Pero antes, estuvo desde 1912 tres años en Uruguay a cargo de las cátedras de Economía Rural y Servicultura en la Facultad de Agronomía.
Juan Barcia Trelles llegó a La Picasa, donde estaban sus hermanos -Primitivo y el ingeniero agrónomo Emilio-, ambos ligados a la Compañía de Tierras del Sud que con tinte inglés era presidida por el ingeniero J. Percy Clarks, gerente del Ferro Carril Sud, e integrada por renombrados porteños, entre ellos el ingeniero Emilio Mitre, nacido en Carmen de Patagones.
La sociedad se había constituido en agosto de 1908. Primitivo Barcia Trelles fue gerente y el hermano Emilio, por su profesión, responsable de la mensura y loteo.
Juan Barcia Trelles dirigió el establecimiento Rucapillán, que adquiriera con sus dos hermanos dentro de las 10.000 hectáreas de los ingleses, los que por octubre de 1918 impulsaron la Estación Agronómica del Ferro Carril Sud, base de la Estación Experimental que organizara y dirigiera el ingeniero español en las cincuenta hectáreas que mucho le sirvieron como experimentación para variados cultivos, especialmente frutícolas.
Convertida en símbolo emblemático de la "cuna de la fruticultura valletana", la Estación Experimental fue mostrando sus dones y también que "la agronomía es un conjunto de ciencias útiles a la agricultura y el ingeniero agrónomo el responsable de ejecutarlas e interpretar la cultura del agro. En términos comparativos es el ´traductor´ que necesita el productor" e igualmente "capaz de abrir la tranquera de la gran finca global donde no se agrede al ambiente y se evita seguir lesionando el suelo y agotando los recursos".
Y como también trajo de España la experiencia escrita de su labor agronómica, fundando y dirigiendo la revista "Agros" y otras publicaciones, desde la estación saltense tuvo oportunidad de repetir su cátedra pública, práctica y escrita, por ejemplo con la serie de pequeños libros que editara el "Ferrocarril del Sud-Sección Fomento Rural (Estación Agronómica de Cinco Saltos)" y que en 1923, como "Folleto Nº 9 - 2ª edición", tendría la autoría de Juan Barcia Trelles "ingeniero-director", titulado "La Agricultura de regadío de los Valles Superior del Río Negro e Inferiores del Neuquén y Limay", bien impreso y muy ilustrado, donde da cuenta del trabajo de su hermano Emilio, "La Agricultura en el Valle del Río Negro", y los de propia autoría: "Algunos consejos sobre la época de la vendimia en el Valle Superior del Río Negro" (Nº 2), "Varias plagas de los frutales en el Valle Superior del Río Negro" (Nº 3), "Una plaga de los alfalfares" (Nº 7), "Las plagas de los frutales en Río Negro" (Nº 10), "El oídio de la vid en el Valle del Río Negro" (Nº 11), "La piral de las pomáceas o gusano de la fruta (Carpocapsa pomonella L)" (Nº 12), "El amargón y el cultivo de los alfalfares en el Río Negro" (Nº 13) y "La filoxera en los viñedos del Valle del Río Negro" (Nº 14). Tratábase de "breves publicaciones, escritas con carácter práctico, cuyo exclusivo objeto es el de difundir entre los chacareros conocimientos profesionales útiles", se expresaba como introducción.
En la citada publicación Nº 9 aparece fotografía del dique Neuquén con compuerta levantada, avenida de eucaliptus en la chacra Rucapillán, mención al Observatorio meteorológico de Cipolletti, también fotografías de La Mayorina, de Augusto C. Mengelle (Cipolletti, embalando uva moscatel), de manzanos, perales, patatas, emparvando alfalfa, cebada cervecera, maizal, cebollar, espárragos, puerros, remolacha azucarera y forrajera, cáñamo seco y zanahoria forrajera. Damos el detalle para probar la aptitud de la tierra valletana y de las experiencias de cultivo que Juan Barcia Trelles concretó.
Apartándonos de aquella célebre polémica escrita con Francisco Urcullu Quiroga, "viticultor-enólogo", según aviso publicado en el periódico "Río Negro", que brindó espacio para ambos en 1921 exponiendo sus puntos de vista sobre el cultivo de la vid, Juan Barcia Trelles fue agrónomo regional -Ministerio de Agricultura y Ganadería- con sede en Cipolletti a partir de 1924 y luego en Viedma.
Posteriormente fue nombrado inspector de Agronomías Regionales de la Patagonia, zona VIII, hasta su fallecimiento en Cinco Saltos en enero de 1954. Estuvo casado con Margarita Isabel Petermann (Bélgica) y tuvo dos hijos: Arturo (España) y Pío (Uruguay). Muchos nietos y bisnietos perpetúan el apellido del considerado el primer ingeniero agrónomo norpatagónico.
Bibliografía y fuentes principales: Rotary Club, Cipolletti, libro, 1993. Rev. "Mi Valle", Nº 1, 1954. Periódico "El Regional Económico", 6/7, 1991. Molíns, WJ. "El Alto Valle", 1919. Mailhet, LD. "El Alto Valle", 1944. "Río Negro. Pasado y presente", 1980. Pérez Morando, H. "El español", RN, 2007. Barcia Trelles, J. "La agricultura", 1923 y otros. "Periódico Río Negro". "Polémica", 1921. Rögind, W. "Historia", 1937. "Familias Barcia. Testimonios escritos", 2001 y 2009. Larreguy, C, ing. agr. "Aportes escritos", 2009. Lucchetti, C. "Reseña", 1979. "Diccionario Hispano Americano", Fucks, E." La larga y épica historia", LMS, 1992. Archivo diario "Río Negro". Biblioteca Patagónica, VECh y otros.
HÉCTOR PÉREZ MORANDO (*)
(*) Periodista. Investigador de historia patagónica.