En las imponentes oficinas de la firma Moño Azul a la vera de la Ruta 22 en la localidad de Guerrico, Antonio Orsero se presenta a la entrevista como en otras ocasiones: sencillo, simple, para lo que en el imaginario de una sociedad puede representar la personalidad de un ejecutivo que maneja empresas con una facturación superior a los 1.200 millones de euros anuales.

A su izquierda está ubicado su nuevo referente en el Valle de Río Negro y Neuquén: Roberto "Beto" Gregori, un hombre ligado a la fruticultura desde hace más de 30 años y ex mano derecha de otro valioso ejecutivo regional, Alberto Lacaze, titular de la firma Expofrut, perteneciente hoy al Grupo Univeg.

"Argentina me gusta; su gente, su forma de vida. Por todo eso tomamos la decisión de invertir en el país y seguiremos haciéndolo", señala Orsero en trabado español buscando mostrar su afinidad con la región, detrás de una mesa en la que se encuentran algunos cortes de quesos y fiambres para "picar".

En la década del ´70, el joven empresario de hoy 47 años comenzó a visitar la fértil zona del Valle de la mano de su padre, don Rafaello, en busca de fruta para llevar a tierras del Viejo Continente. A partir de ese momento Antonio no se despegó más de la región. Comenzó a intervenir en los negocios familiares en forma progresiva e incursionó, inclusive, en otros rubros.

En los últimos años los negocios frutícolas con el Valle continuaron y se consolidaron con la compra de las firmas Moño Azul y Salvador Liguori a principios del 2008.

-¿Por qué Roberto Gregori para estar al frente del Grupo en la Argentina?

Antonio Orsero (A. O.): -Debíamos encontrar en el Valle una persona que manejara el negocio como nosotros queríamos. "Beto" da muy bien ese perfil. Es una persona joven con importantes antecedentes en la actividad e interpretó en forma inmediata qué es lo que queremos para Moño Azul en la región.

-¿La anterior gestión fracasó?

A. O.: -No diría eso. Trabajó duro, mucho y bien. Pero en esta etapa necesitábamos un cambio, alguien que liderara el proceso de crecimiento que teníamos proyectado.

-¿Qué pasará con Alessandro Gandolfo?

A. O.: -Vuelve a Italia a trabajar allí con el grupo.

-¿Ahora van tras Expofrut?

A. O.: -No, no hay nada de eso. Expofrut es una importante empresa en la región sobre la que no tenemos interés alguno en adquirirla... es una escala que está fuera de nuestras posibilidades.

-¿Existieron reuniones entre directivos de Univeg y GF Group días atrás en el norte de Italia?

A. O.: -No, no existieron. Conozco a Hein Deprez pero nunca me reuní con él por este tema.

-¿Cómo están las negociaciones con PEA?

A. O.: -Estamos conversando.

-¿Se alejó la posibilidad de adquirir sus activos?

A. O.: -No, por ahora sólo le puedo decir que seguimos negociando. No hay nada cerrado.

Orsero hace una pausa para tomar un trozo de queso y otro de jamón prolijamente dispuestos en platos sobre la mesa, todo a tono con el resto de la vasija presentada. "Éste es nuestro almuerzo", acota levantando el bocadillo antes a introducirlo en su boca.

Con suma pasividad, retoma el tema de Expofrut rescatando el perfil que desarrolló esta empresa en el Valle. "Es realmente una gran firma y vamos a trabajar en conjunto con ella apuntalando la fruticultura de la región. Competiremos, pero buscando el bien común para la fruticultura", aclara poniendo así punto final a un tema que estuvo dando vueltas por el Valle con todo tipo de interpretaciones.

-¿Cómo ve a la Argentina?

A. O.: -Es un país políticamente complejo. Los diarios locales y europeos interpretan esto mismo. No hay diálogo en el gobierno, y eso no es bueno para construir. Pero, independientemente de ello, apuesto en el país.

-¿Cuánto llevan y cuánto más piensan invertir en Moño Azul y Salvador Liguori?

A. O.: -Llevamos invertidos, sin computar la compra de las empresas, en esta primera parte del proyecto unos 14 millones de dólares. Para el período 2009-2010 la cifra superará los 15 millones de dólares. Éste es el período en que pensamos dar un salto cualitativo, con "Beto" al frente del proyecto.

-¿Qué es lo más difícil que enfrenta la temporada frutícola?

Roberto Gregori (R. G.): -Hay dos variables en esta temporada que se combinaron para condicionar los resultados en las ventas. La primera de ellas son los costos que se manejan en el país. Siguen subiendo y en dólares estamos mucho más alto que nuestros competidores. La otra variable fue la calidad con la que llegó la fruta a destino. A los conflictos locales a principios de cosecha se le sumó que los mercados estuvieron trabados. Las salidas fueron lentas, lo que terminó de potenciar los problemas de calidad de nuestra fruta, y eso se tradujo en menores precios finales. Para esta temporada debemos corregir estas dos variables, un tema clave.

A. O.: -Tenemos que solucionar los conflictos gremiales antes de que comience la cosecha. Lo que pasó esta temporada es incomprensible. No termino de entender este tipo de accionar; perdemos todos, también los trabajadores. Sería importante sentarse a conversar con ellos ahora mismo para que no llegue enero y volvamos a perder todos.

-¿Cómo termina esta temporada?

R. G.: -Todavía faltan algunos resultados para terminar de dar los números finales.

-¿Cuándo los productores van a tener los números finales?

R. G.: -Creemos que sobre el final del tercer trimestre del año.

-¿Van a seguir apuntalando el mercado interno y Brasil?

R. G.: -La idea es trabajar para mejorar nuestro posicionamiento en estos dos importantes mercados. Tenemos dos marcas que son muy reconocidas por el mercado. Eso lo debemos aprovechar. La idea es crecer de la mano de ellas.

-¿Buscarán gente para ello?

A. O.: -Siempre nos falta gente. Pero aquí en la empresa tenemos también valiosas personas.

"Moño azul, en cualquier parte del mundo, vale mucho más"

Antonio Orsero destila cariño cuando habla de la Argentina. Pero en cierto punto se muestra confundido con algunas actitudes que observa en el país.

"Es un país con un gobierno al que le falta diálogo... eso es lo que se ve de afuera", comenta respetuoso, casi pidiendo disculpas, al opinar de una Nación que no es la suya.-¿Por qué invierte en un país con tanta volatilidad en el riesgo?-Bueno (risas)... uno amplía sus negocios en función de las oportunidades que se le presentan.

-¿Eso quiere decir que la compra de Moño Azul fue una oportunidad?-Argentina es una oportunidad. Una empresa como Moño Azul en Chile vale 2,5 veces más que en este país. Y en Europa, hasta 10 veces más.-O sea que en este caso tomó la decisión de comprar por el costo de oportunidad de la operación...

-Sí, pero también hay que pensar que los resultados que hay que esperar van en esta misma línea. No es que compro a un costo argentino y tengo resultados a nivel europeo.

Comentó que ésta es una actividad que demanda importantes niveles de inversión en forma continua. Destacó que "en cierta medida no se entiende cómo la fruticultura se desarrolla en un país como la Argentina, que no tiene crédito. Es realmente algo contradictorio". El empresario también habló del futuro de Europa en materia económica. Entiende que el euro se va a mantener en los actuales niveles y que el Viejo Continente saldrá de la recesión recién en el segundo semestre del año que viene. "Se siente; el consumo está muy golpeado", aseguró.

"Para mí es un nuevo desafío profesional"

Roberto Gregori lleva sobre sus hombros algo más de medio siglo de vida.

Fue elegido por Antonio Orsero, titular del GF Group -que factura anualmente unos 1.200 millones de euros-, para liderar el área de negocios en la Argentina.

Gregori es un hombre que desde sus inicios laborales estuvo íntimamente relacionado con la fruticultura, conocedor como pocos de los grandes laberintos de la actividad. De cada empresa que pasó se fue por la "puerta grande".

Catalogado en la región como un muy buen profesional, Gregori aseguró que su salida de Expofrut se debió al desafío que le significaba el proyecto de GF Group en el país.

"Para hacer lo mismo que hago en Expofrut, no me voy", le habría comentado en su primera charla formal a Antonio Orsero, café por medio, a altas horas de la madrugada en un casino regional.

El nuevo trabajo no era más de lo mismo. Orsero le comentó el proyecto que tenía en mente y que consideraba que era él quien debía liderarlo. "La empresa debe dar un salto cualitativo y cuantitativo en la región", comentaba en esa charla de café.
-¿Por que dejó Expofrut?

-Fue una decisión netamente profesional. Me gustó el desafío y lo acepté. Expofrut me dio mucho, pero era consciente de que estaba cumpliendo un ciclo... hermoso ciclo debo decir. Para mí ésta fue una oportunidad profesional y no quise dejarla pasar.
-¿Se trajo a alguien de Expofrut?

-(Risas) No, sólo partí yo...

Javier Lojo

jlojo@rionegro.com.ar